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Después de un prolongado e inexplicable silencio, la vicepresidenta Francia Márquez decidió el pasado viernes en Cali expresar su inconformidad y malestar con la situación que vive, tanto con el gobierno de Gustavo Petro como con un sector del país, que la sigue excluyendo –según ella– por su condición de mujer afrodescendiente.

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De acuerdo con la vicepresidenta Márquez, llegó la hora de hablar, porque considera que ha sido utilizada, excluida, discriminada y maltratada, por quienes en tiempos electorales se aprovecharon de su fortaleza política para sacar réditos en las urnas.

“Hace algunos años fui la voz que recorrió el país, fui la cara de la esperanza, la mujer afrodescendiente que traía el eco de los ríos, de las casas humildes, de los saberes populares, de las manos callosas, de las mujeres que limpian las casas ajenas mientras sueñan con una vida digna. Pero pronto pasé de ser el fenómeno político, la heroína, a ser la traidora”, declaró Márquez ante los asistentes al auditorio de la Universidad Libre de Cali, para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas Afrodescendientes.

Durante su intervención, Márquez no ahorró adjetivos a la hora de cuestionar la forma como considera que fue utilizada, tanto durante la campaña presidencial como en el gobierno de Petro. “Se nos quiere en la foto, pero no en la toma de decisiones. Se nos quiere como símbolo, pero no como un pueblo con voz. Se nos quiere obedientes, y si no obedecemos entonces viene el castigo: la violencia política, la cancelación y la deshumanización pública”.

Y como para no dejar dudas sobre a quién cuestionaba en su diatriba, agregó sin vacilar: “Estamos viendo a líderes afrodescendientes participar en las dinámicas del poder, en gobiernos que se llaman progresistas, pero que aún cargan las marcas de un Estado racial”.

Al romper su silencio, prolongado, injustificado e inexplicable, ante la grave crisis que vive el gobierno de Petro, Márquez fue particularmente enfática en lo que tiene que ver con su situación personal: “¿Cómo se elimina a una mujer negra del poder en una democracia contemporánea? Con narrativas que sirven de antesala para los explosivos o las balas. Narrativas que repiten torpe, desleal, traidora, creando así el terreno perfecto para que alguien considere que eliminándonos hace patria”.

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En su diatriba y desahogo, Márquez también se refirió a su papel como primera ministra de la Igualdad, entidad creada por Petro para que ella estuviera al frente de la misma: “Me dieron la misión de crear una institución sin estructura, sin recursos, sin apoyo. Me dijeron: ¡hazlo tú! Y cuando argumenté que tres viceministerios eran muchos, me exigieron cinco. Lo hice a pesar del bloqueo sistemático. Me acusaron de no ejecutar, cuando jamás me entregaron el instrumento para hacerlo. Se promovió la idea de que como soy negra, seguro robo”.

Aunque las palabras de la vicepresidenta causaron conmoción en sectores de la opinión pública, es evidente que las relaciones entre Petro y Márquez atraviesan uno de sus peores momentos desde que el Pacto Histórico llegó al poder en agosto del 2022. “Se trata de unas relaciones rotas”, me dijo un congresista cercano a la Casa de Nariño.

Pese a que las relaciones entre el presidente y su vicepresidenta estaban deterioradas desde hace varios meses, el punto de quiebre ocurrió durante el primer consejo de ministros televisado, cuando Márquez decidió tomar la vocería de quienes cuestionaron el regreso de Armando Benedetti al Gobierno, para ocupar el cargo de jefe de gabinete.

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A la postre, Benedetti recibió total respaldo de Petro, tanto que lo nombró después ministro del Interior, mientras quienes lo cuestionaron –o se enfrentaron a él– terminaron saliendo del Gobierno, como Susana Muhamad y la “superpoderosa” Laura Sarabia, o relegados o ninguneados, como la vicepresidenta Márquez.

Luego vino el episodio de las cartas de Álvaro Leyva a Petro y la filtración de una conversación en la que el excanciller menciona a Francia como parte del supuesto complot contra el presidente. Al parecer, el silencio de Márquez sobre ese delicado asunto terminó por acrecentar la desconfianza de Petro en su vicepresidenta.

¿Qué pasó entre Petro y Márquez para que se rompiera el encanto de la fórmula que llevó al Pacto Histórico a la Presidencia? ¿Es un “divorcio” definitivo o se trata de un desencuentro pasajero?

Petro y Francia: fin a un matrimonio por conveniencia

Lo que ocurre entre el presidente Petro y la vicepresidenta Márquez es muy simple: Petro se desencantó de Francia y Francia se desencantó de Petro. Y buena parte de los electores terminaron desencantados de ambos. Punto. Desde los tiempos de la campaña se sabía que la fórmula Petro-Francia era un “matrimonio por conveniencia”.

Petro necesitaba los 800.000 votos de Francia para poder llegar a la Casa de Nariño, después de de dos aspiraciones frustradas, mientras Francia necesitaba darles poder y visibilidad a sectores históricamente excluidos en Colombia. Mientras Petro llevaba 30 años tomando decisiones de poder, desde el Congreso de la República hasta la Alcaldía de Bogotá, Márquez jamás había estado en un cargo con tanta influencia que le permitiera ayudar a los excluidos de siempre, como era su caso.

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La campaña y las crecientes posibilidades de triunfo de Petro se encargaron de “alimentar el encanto” entre ambos. Pero la realidad es que en el 2022 Márquez no estaba en los planes de ser fórmula vicepresidencial de Petro, ni de su staff directivo. Márquez llegó a la campaña “sugerida o recomendada” por sectores muy poderosos, influyentes y determinantes dentro de la campaña del Pacto Histórico. Y la fórmula funcionó, porque al final fueron cientos de miles de votantes los que anunciaron: “Yo no voto por Petro, voto por Francia”.

Ministerio de la Igualdad: un premio que terminó en fracaso

¿Fue utilizada Francia por Petro o se dejó utilizar? Decir ahora que “se nos quiere en la foto, pero no en la toma de decisiones”, como afirmó la vicepresidenta en Cali, es mostrarse como una persona ingenua o falta de carácter. Y Francia no es ni lo uno ni lo otro. Ella sabía muy bien por qué y para qué llegó a la campaña de Petro. Sabía muy bien que la querían para que posara para la foto y también en la tarima, al lado del candidato, porque su presencia venía acompañada de miles de votos.

Por eso, cuando se acordó que fuera fórmula vicepresidencial, también se decidió que Petro crearía el Ministerio de la Igualdad y que ella estaría al frente del mismo. ¿Por qué ahora dice Francia que se sintió utilizada? La política es tan cruel como pragmática. Hoy Francia padece la crueldad de la política –al ser excluida de la toma de decisiones por parte de Petro– pero en su momento su pragmatismo le permitió “negociar” su respaldo electoral por una cartera ministerial, entre otras gabelas.

Contrario a como lo quiere presentar Francia, el Ministerio de la Igualdad no fue un castigo para ella, sino un reconocimiento que debió asumir con mucha mayor responsabilidad. Ella convirtió en castigo lo que era un reto.

¿A dónde fueron a parar los 1.8 billones de pesos del Ministerio de la Igualdad?

La vicepresidenta se queja de que le dieron la misión de crear una entidad sin tener las herramientas y los recursos para sacarla adelante. Eso no es cierto. El Ministerio de la Igualdad se inició en el 2023 con un presupuesto de 1.8 billones de pesos, cifra lo suficientemente generosa para diseñar, estructurar y poner a funcionar una entidad que tenía como misión principal hacer de Colombia un país más equitativo y menos excluyente.

La misión de Márquez era poner a funcionar un carro último modelo, que le entregaron con cero kilómetros recorridos, pero no lo hizo. La decisión de la Corte Constitucional de “tumbar” el Ministerio y solo darle vida hasta el próximo año sirvió para demostrar el grado de improvisación con que se tramitó la ley que lo creó. La Corte le puso fin a una feria de derroche de recursos de todo tipo, tanto económicos, como humanos.

La nómina del Ministerio de Igualdad y Equidad es una de las más frondosas de las carteras de ese nivel. Cuenta con cinco viceministerios, 20 directores técnicos y 461 profesionales universitarios, entre otros cargos. Es una nómina que supera los 750 cargos.

¿Podría renunciar Francia Márquez a la Vicepresidencia?

La llegada de Francia Márquez al poder, como fórmula vicepresidencial de Petro, llenó de esperanzas a millones de “nadies”, quienes creyeron que –¡por fin!– la dignidad se volvería costumbre en Colombia, como lo prometió Francia en campaña. Ese sueño se frustró. Punto. Ni Petro ni Márquez cumplieron el compromiso adquirido.

Las ya inocultables rencillas internas entre el presidente y su vicepresidenta, que afloran en las constantes pullas de unos y de otros, muestran el fracaso de ambos en la misión encomendada por sus votantes. La frase de Petro, según la cual, “a mí nadie que sea negro me dice que hay que excluir a un actor porno” fue la gota que rebosó el vaso de sus relaciones con Márquez.

Ya no solo no hay confianza entre ambos, sino que tampoco hay proyectos comunes para sacar adelante. ¿La renuncia de Márquez es una salida? Cuando las relaciones entre el presidente y su vicepresidente se vuelven insostenibles, el segundo renuncia, como pasó con Humberto De la Calle y Ernesto Samper, durante el proceso 8.000.

¿Está Francia dispuesta a sacrificarse? ¿Está dispuesta a renunciar no solo al cargo, sino a todo lo que ello implica, en términos económicos y otras gabelas, relacionadas con su privilegiado estatus? Solo ella tiene las respuestas. Lo cierto es que como están las cosas no es sano, ni para ellos ni para el país, tratar de sostener una relación que es abiertamente insostenible.