La elección de magistrados del Consejo Nacional Electoral, CNE, que se llevó a cabo esta semana en el Congreso en pleno, sería la última que se realizaría tal y como se ha conocido dicha elección desde hace dos décadas.
Esto porque en medio del sinsabor que dejó una selección que ha sido denominada como politizada una vez más, por su diseño constitucional, no deja de desencantar entre quienes esperaban que, con el gobierno del 'cambio' de Gustavo Petro, llegaran de inmediato y de la mano de las mayorías de la coalición oficialista los cambios a asuntos como, precisamente, el hecho de que los políticos escojan a quienes deben revisar y sancionar sus propias campañas políticas: es decir, el ratón cuidando el queso, proverbio que es ya lugar común para describir al CNE.
Por ello, desde las bancadas gobiernistas han llegado al Capitolio dos proyectos de actos legislativos que proponen una nueva arquitectura no solo del CNE, sino de todo el sistema electoral, tocando por supuesto a la Registraduría y a la Sección Quinta del Consejo de Estado.