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El Tribunal Superior de Bogotá le ordenó al senador Álvaro Uribe Vélez que rectifique, dentro de 48 horas, los señalamientos que hizo contra Daniel Samper Ospina, a quien calificó de 'violador de niños'.

Con ponencia del magistrado Luis Fernando Ramírez, la Sala Penal del Tribunal concedió la tutela que interpuso el columnista, pedía la retractación que hiciera Uribe Vélez en Twitter, en los mismos términos y condiciones en las que se hizo.

El fallo ordena al expresidente a que 'emita una retractación firme y precisa de la sindicación al accionante de violador de niños y de la afirmación acerca de que éste hizo publicaciones pornográficas, a través del mismo medio en que las expresó, aclarando que esas afirmaciones realizadas anteriormente por él no se basan en evidencias disponibles; por consiguiente, que no es cierto lo afirmado por él respecto del periodista'.

La determinación señala que se deberá informar al Tribunal al cumplimiento de esta orden de rectificación, pues, de no hacerlo, podría incurrir en un desacato y hasta en una orden de arresto.

En la tutela, Samper Ospina señaló que el senador Uribe Vélez 'decidió por sí y ante sí, y sin una sola prueba, sindicarme de ser 'violador de niños', lo que constituye un señalamiento calumnioso que lesiona mis derechos constitucionales a la honra, buen nombre y al derecho a la rectificación, por lo cual protesté públicamente, actitud que fue respaldada ampliamente por muchas personas en las redes sociales y concretamente por colegas periodistas'.

Las retractaciones

Aunque el fallo de tutela podrá ser impugnado por la defensa del senador Uribe Vélez ante la Corte Suprema de Justicia, deberá cumplir con la orden. En ese sentido, esta no es la primera vez que el ex mandatario debe retractarse de afirmaciones hechas por su cuenta de Twitter.

La más reciente ocurrió el pasado 19 de mayo cuando, para evitar ir a juicio por injuria y calumnia, Uribe tuvo que retractarse por el siguiente trino: 'En reunión con las madres de Soacha varias me expresaron que sus hijos estaban infortunadamente involucrados en actividades ilegales, lo cual no es excusa para asesinarlos, pero la hipótesis no fue examinada por la justicia'.

Tras seis intentos fallidos de conciliar con las Madres de Soacha, Uribe aceptó retractarse del mensaje escrito el 25 de junio de 2015 'y de las palabras que lo antecedieron y que pronuncié como Presidente de la República. Acepto que este tuit ofende a las Madres de Soacha y afecta la memoria de sus hijos asesinados. Me retracto además porque lo que escribí no me consta en nada diferente a lo que escuché'.

Una situación similar vivió con el periodista Hollman Morris cuando era Gerente del Canal Capital, en la Administración de Gustavo Petro. Con Morris debió retractarse el 29 de julio de 2016, tras una conciliación por la denuncia que cursaba en su contra en la Corte Suprema de Justicia.

El conflicto inició cuando Uribe manifestó que el medio que dirigió Morris era 'afecto a los intereses del terrorismo'. Luego, Uribe en la propia Corte y en acto público se retractó: 'Hollman Morris me ha manifestado el día de hoy que no hace parte, ni ha hecho apología del terrorismo. Se lo creo, y si lo he dicho, lo rectifico'.

En abril de este año, el ex jefe de Estado fue denunciado por la senadora del Partido Verde Claudia López, por falsas acusaciones en su contra, como por ejemplo que era 'actualmente socia' del analista León Valencia y que trabaja 'en la Fundación Arcoiris' de dónde recibía supuestamente dineros del Gobierno.

El llamado de atención en la Corte

En este caso, ya la Corte Suprema de Justicia le ha hecho un llamado de atención al expresidente Uribe por el manejo que da en sus redes sociales. Sucedió en diciembre del año pasado al fallar una tutela que interpuso el periodista Daniel Coronell, luego que esa misma Corporación decidiera archivar una denuncia en su contra.

Esto, por haber acusado al periodista de tener vínculos con César Villegas, alias ‘Bandi’, condenado por lavado de activos; y con el narcotraficante Justo Pastor Perafán.

A pesar de negarle la tutela, la Corte Suprema le llamó la atención al expresidente: 'El lenguaje agresivo es una manifestación de violencia. Y usado por un líder político en cualquiera de las redes sociales puede llegar a ser identificado por alguno de sus seguidores como una invitación o, por lo menos, como una autorización velada, al uso de la violencia física contra el destinatario del trino o del discurso descalificador'.