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La suerte de la implementación normativa del Acuerdo de Paz entre El Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, se definirá a partir de hoy cuando el Congreso de la República inicie su último periodo legislativo.

En este periodo se deberán tramitar las últimas y más delicadas etapas de la implementación dado el calibre de las leyes que están en espera de aprobarse.

No obstante, a diferencia de lo que sucedió en la pasada legislatura, cuando el Congreso estuvo ‘fresco’ para centrar buena parte de su actividad legislativa a darle vida jurídica al Acuerdo, esta última etapa estará atravesada por dos campaña electorales (legislativas y presidenciales) y por el último año del gobierno Santos, cuestiones ambas que pondrán a prueba la voluntad del parlamento en la continuación de ese proceso.

¿la paz da réditos electorales?

Y esa voluntad se pondrá a prueba por dos razones.

Primera, distintas encuestas han dado a conocer que los colombianos se encuentran polarizados frente al tema del desarme y reinserción de las Farc: muchos confían y lo ven con buenos ojos, pero otros tantos también son escépticos.

Y aunque en este hecho puede verse el vaso medio lleno o medio vacío, varios parlamentarios (al igual que varios de los precandidatos presidenciales) están estructurando sus actuaciones y sus discursos de cara a las elecciones del próximo año, alrededor de temas diferentes al de la paz.

Para no ir más lejos, está el antecedente del aplazamiento del debate que buscó crear las 16 circunscripciones especiales de paz –uno de los proyectos que se quedó entre el tintero– el último día de la legislatura pasada.

Según Ángel Tuirán, docente y analista político de la Universidad del Norte, ese hecho podría leerse como una reacción de aquellos congresistas que aspiran reelegirse, en la medida que 'están apostándole a temas o proyectos que tengan aceptación y que permitan lograr una conexión con la población votante'. Añade que 'la paz no ha sido el tema principal para muchos sectores de la población colombiana'.

A esta postura se suma la de José Penso, experto en marketing político, quien afirma que 'en principio se podría pensar que el año preelectoral puede afectar la aprobación del fast track, toda vez que los políticos piensan en cómo la opinión pública va a recibir sus actuaciones'.

Factor presidencial

Tuirán también entrega una segunda posible explicación a ese aplazamiento, que apunta al factor del candidato presidencial de la Unidad Nacional. 'Aún no es seguro cuál será ese candidato; y en la búsqueda del mismo, algunos congresistas prefieren ser más cautos esperando que se consoliden las candidaturas', afirma.

'No es raro que algunos de estos parlamentarios terminen apoyando un candidato que tenga un discurso contrario al proceso de la implementación de la paz', agrega el experto.

En otras palabras, –y aquí la segunda razón por la que se pondrá a prueba la voluntad del Congreso–, a medida que avance la carrera presidencial, si el candidato que se consolida es contrario a los Acuerdos, el Congreso tendrá que decidir (responsablemente) si continúa o no con la implementación de los mismos.

La historia ha enseñado que cuando se está en tiempos electorales, el ‘juego’ burocrático es el que marca la parada, y muchas veces los congresistas terminan cediendo a la agenda del candidato presidencial para obtener cuotas y beneficios.

Lo que quedó entre el tintero

Ahora bien, estos son los proyectos que quedaron en espera de ser aprobados para completar la implementación de lo pactado con las Farc.