Compartir:

Para los guerrilleros del Bloque Martín Caballero de las Farc, esta será una Navidad tranquila. Atrás quedaron las noches de los 24 de diciembre que muchas veces pasaron atrincherados, escondiéndose de las tropas militares en la selva.

Adriana Cabarruz, una de las integrantes del Bloque Caribe afirma que 'antes celebrábamos hasta cierta hora y cuando se podía'. Ahora con la tranquilidad que le da el acuerdo de paz y el cese bilateral del fuego, dejaron a un lado los fusiles, para armar un árbol con figuras y guirnaldas, y un pequeño pesebre en Tierra Grata, la zona veredal en el corregimiento San José de Oriente, al norte del Cesar.

Para ellos, es la mejor forma de enviar un mensaje de paz y de acercamiento con las comunidades. 'La confianza misma nos ha dado este espacio, hemos ido allanando el camino', afirma Aldemar Altamiranda, comandante del frente 19 de las Farc.

En las Farc no todos sus combatientes son ateos, por eso en la guerra algunos, con autorización de los comandantes celebraban esta fecha, pero si las condiciones lo permitían. 'A veces teníamos el árbol, pero no se podían encender ni una vela, para no llamar la atención, ni exponer nuestra ubicación', precisa otro guerrillero.

En esta ocasión es distinta, en Tierra Grata se vive otro ambiente. Alrededor de un pesebre y del arbolito, algunos de los integrantes de este Bloque realizan actividades recreativas, cantan villancicos y envían mensajes de reconciliación en videos.

Dicen que para la celebración decembrina se preparan buñuelos, natilla, pasteles, chicha y dulces. Adriana señala que lo mejor de la fiesta del 24 es el baile. Jimmy Ríos, uno de los líderes del frente 19, aclara sin embargo, que 'en la organización hay ateos que no celebramos estas fiestas'.

Entre la esperanza y la paz, un grueso número de guerrilleros se alistan para celebrar La Navidad alrededor del pesebre y el arbolito que adornaron con figuras de Papa Noel y cintas de colores.

Esta, seguramente será la última Noche Buena que festejen dentro de la organización, pues pasado los 180 días que establece el acuerdo para la dejación de armas y su desmovilización, volverán a la vida civil, y a encontrarse con sus familias. Muchos como alias ‘Roycer’, llevan más de 18 años sin ver a sus familiares.