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La participación de las mujeres en la mesa de negociación de la Habana se dio por la presión de grupos de mujeres, como ‘Mujeres por la paz’, que exigían la incorporación del enfoque de género en la negociación, y por lo establecido en la Resolución 1325 de 2000 de la Organización de Naciones Unidas, mediante la cual se insta a los estados miembros a 'velar por que aumente la representación de la mujer en todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y mecanismos nacionales, regionales e internacionales para la prevención, la gestión y la solución de conflictos'. 

Antes de la expedición de esta Resolución se tienen registros de participación de mujeres en procesos de negociación como en El Salvador, Sudáfrica, Irlanda del Norte, Guatemala y Somalia; después de la expedición, encontramos participación de mujeres en procesos recientes como Filipinas, Sudán y Colombia. No obstante hay que señalar que esta participación, en algunos casos, no es significativa debido a que la inclusión de las mujeres no se da como signatarias o negociadoras directas sino, como se registra en varios casos, en calidad de acompañantes, testigos o participantes.

De acuerdo a ONU Mujeres, organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, de las 31 negociaciones de paz en el mundo (1992 - 2011), las mujeres han representado el 9% del total de quienes participan en ellas; el 4% de las personas firmantes; el 2,4% de quienes juegan el papel de mediación y el 3,7% de quienes hacen parte de los mecanismos de observación.

A pesar de estos bajos porcentajes de participación, esta es indispensable porque, como lo afirma la feminista Diana Salcedo, 'han sido las mayores sobrevivientes de la guerra; han aportado a la transformación de relaciones en los entornos territoriales y locales; han propuesto transformaciones sociales que buscan garantizar no solo los derechos de las mujeres sino profundizar la democracia con beneficio para toda la sociedad'.

Además, la superación de la guerra, a través de procesos de negociación, puede generar para las mujeres posibilidades de cambio e inclusión en espacios de participación política, alejamiento de la histórica cosificación a la que han estado sometidas como objetos sexuales para torturar a los hombres, además de provocar escenarios de reconciliación familiar y social frente a maternidades impuestas y embarazos interrumpidos.

Su rol en La Habana

En el caso de la negociación de paz de la Habana, encontramos que los espacios de participación para la inclusión del enfoque de género se dieron en la Comisión negociadora, en la subcomisión de género, en 18 mesas de trabajo regionales, en cuatro Foros Nacionales de consulta ciudadana y en la I Cumbre Nacional de mujeres y paz realizada en el 2013, y motivada por ‘Mujeres por la paz’ de la cual salió la consigna ‘pactantes no pactadas’. Hace pocos días, precisamente, se instaló la II Cumbre Nacional de Mujeres y paz en la que el movimiento de mujeres ha afirmado, a partir de los acuerdos, que 'queremos plantearnos como movimiento de cara a la oportunidad que se nos abre'. 

Esta participación ha sido importante pero, como lo han manifestado diferentes activistas, es insuficiente, porque en la Comisión negociadora sólo tuvieron asiento tres mujeres: dos representantes del Gobierno, que como lo anunció en su momento el presidente Juan Manuel Santos, estaban 'acompañando el proceso', y una negociadora por parte de las FARC; aunque en este equipo negociador se contó con la presencia de 13 mujeres y, como recientemente lo ha anunciado Victoria Sandino, miembro de las FARC, al interior de esta organización se está creando el 'feminismo de las FARC'.

¿Qué se logró?

De todas maneras, a partir de la escasa pero significativa participación femenina se logró la incorporación del tema de género en el Acuerdo, en los puntos de víctimas, participación política, reforma rural integral y solución al problema de las drogas ilícitas.

Participación política

En el punto 2 del Acuerdo se pactó la participación de mujeres en la expedición del Estatuto de Garantías para partidos y movimientos políticos. Lo solicitado por las mujeres en la negociación fue una participación paritaria con alternancia y universalidad. También se pactó a creación de organizaciones o movimientos de mujeres, jóvenes y población LGBTI, que hagan visibles liderazgos y garanticen su interlocución con los poderes públicos, la representatividad de las mujeres en organizaciones y movimientos sociales, la no estigmatización en razón de la orientación sexual y la identidad de género diversa y la incorporación de medidas para facilitar el acceso de las mujeres rurales en el sistema electoral. 

Reforma rural

El punto 1 del texto redactado en La Habana plantea que habrá acceso especial para las mujeres campesinas en el Fondo de Tierras y que se tomarán medidas especiales para que las mujeres campesinas cabezas de familia tengan acceso a subsidios para la compra de tierras.

En cuanto al Sistema Integral de Información Catastral que surgirá de este punto, se acordó que tuviera información desagregada por sexo, género y etnia, con el fin de contar con información de cuantos predios están en manos de mujeres.

Por último, se realizarán estímulos a la economía solidaria con enfoque de equidad de género y se tomarán medidas específicas para las mujeres en el proceso de formalización masiva de las tierras, que busca formalizar 7 millones de hectáreas.

Drogas ilícitas

En el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos del punto 4 se tendrán en cuenta las particularidades económicas, culturales y sociales de los territorios y de las comunidades, en especial, las mujeres en estos territorios.

En el programa nacional de intervención que plantea el punto en relación con el consumo de drogas, se tendrá un enfoque diferencial y de género para identificar las poblaciones más vulnerables y se adoptarán medidas especiales en materia de salud, protección y prevención, incluidas aquellas para prevenir el VIH-Sida.

Asimismo, el sistema Nacional de Atención a Consumidores deberá tener un enfoque de género.

Víctimas

En el punto 5 se reconoce a las mujeres como víctimas en el conflicto y se establece el reconocimiento de responsabilidad frente a ellas.

Además, se establece la creación de espacios para que las mujeres puedan participar en los procesos sobre la satisfacción de sus derechos, el deber del Estado de resarcirlas por el daño recibido y restituirlas en sus derechos, así como el otorgamiento especial de protección a sus vidas e integridad y el compromiso de garantizar la no repetición de actos de violencia en su contra.

Se promueve también en el punto 5 el acompañamiento de las organizaciones de mujeres para garantizar su seguridad, así como la paridad y pluralidad en la Comisión de la Verdad, con comisiones a niveles territoriales, en aras al derecho a la verdad y a la memoria y, por último, se garantiza que en procesos de acceso a la justicia se incluya asesoría legal digna, información íntegra y veraz para la mujer.

La Subcomisión de Género

La instalación en septiembre de 2014 de una Subcomisión de Género para la mesa de negociaciones de La Habana fue un hito histórico para los procesos de paz en el mundo, que surgió del esfuerzo de mujeres de distintas organizaciones que hicieron oír su voz luego de la no inclusión de ni siquiera una mujer al nombrarse los negociadores plenipotenciarios del Gobierno en la mesa de diálogo con las Farc.

La I Cumbre de Mujeres y Paz en octubre de 2013, evento que contó con el apoyo de ONU Mujeres y la Embajada de Suecia, así como con la participación de alrededor de 500 mujeres de todos los rincones del país, condujo al Gobierno a nombrar, inicialmente, a María Paulina Riveros y Nigeria Rentería como plenipotenciarias.

El siguiente año, en junio se acordó la creación de la Subcomisión de Género, conformada a fin de incluir solicitudes de las mujeres en cuatro puntos de los acuerdos. La Subcomisión también participó en la deliberación de los otros acuerdos que se han alcanzado recientemente.

*Directora del Departamento de Derecho de Uninorte