Con la decisión del Centro Democrático de ir por el ‘no’ en el plebiscito por la paz, quedaron definidas las fuerzas que se enfrentarán de cara a la refrendación de los acuerdos con las Farc.
El presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, seguirán siendo los grandes adversarios en una elección que aunque no tiene candidatos asemeja mucho a las pasadas presidenciales, donde el exprotegido del ahora senador del Centro Democrático se midió contra Óscar Iván Zuluaga en un combate a dos rounds que terminó por consolidar la reelección de Santos.
La del plebiscito sería la tercera elección consecutiva que enfrenta al santismo vs el uribismo, siendo las parlamentarias del 2014 el primer cara a cara entre los otrora aliados. En esa elección, el expresidente Uribe asumió personalmente las riendas del Centro Democrático encabezando la lista cerrada al Senado de la República que le valió 2.045.564 sufragios representados en 20 senadores, uno menos que La U de Santos (20 senadores), instaurándose así como una importante fuerza en el Congreso.
En las presidenciales, el uribismo obtuvo 3.759.971 votos en primera vuelta, ganándole a Santos, y 7.029.845 votos en la segunda, perdiendo la presidencia por 807.142 votos.
Los números del uribismo son importantes y a estos apelarán para que el ‘no’ gane en las urnas. Alejados de la promoción del abstencionismo, el único camino que le queda al expresidente Uribe y su partido es sacar más votos que el ‘sí’, que tiene un mínimo obligatorio de 4.387.118 de votos. A cargo de dirigir la campaña del ‘no’ quedó el senador Iván Duque, y la fórmula presidencial del Centro Democrático en 2014, Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo.
El ‘sí’ más allá de Santos
La principal ventaja que tiene el presidente Santos en su deseo de refrendar lo pactado en La Habana consiste en alinear a los partidarios del ‘sí’ a la paz que no están con su gobierno.
La llamada Unidad por la Paz, logró reunir en un mismo bando a partidos políticos como el Polo Democrático y la Alianza Verde que han sido férreos opositores a las políticas oficialistas, especialmente en materia económica, con los partidos de la Unidad Nacional, integrada por el Partido Liberal, Cambio Radical y el Partido de La U.
Incluso, partidos minoritarios como Opción Ciudadana y el Mira, y un amplio sector de la izquierda comandada por Piedad Córdoba, se han sumado a la paz santista.
Además, gracias a los avances de la negociación y la inminencia del plebiscito, un amplio sector del Partido Conservador también ha decidido decirle sí a la paz. Entre ellos está David Barguil, presidente del conservatismo, quien ha moderado su postura crítica frente al Gobierno Santos para tender canales de diálogo que lleven a su partido a tomar 'una decisión responsable' frente a la refrendación.
Aunque los conservadores siguen divididos y tienen a dos de sus más destacados líderes, el expresidente Andrés Pastrana y la excandidata presidencial Martha Lucía Ramírez, más cercanos a la oposición uribista que al ‘sí’ santista, lo cierto es que Barguil y gran parte de la dirigencia conservadora están integrando el comité político de partidos a favor de la refrendación.
Dicho comité político ya inició labores en Cali el pasado lunes y pretende recorrer las principales ciudades del país haciendo pedagogía de paz.
El guiño oficial del uribismo a Pastrana lo hizo ayer Zuluaga: 'Ojalá él (Pastrana) se vincule de una manera activa y nos acompañe en esta campaña por el no', dijo . Al uribismo, que está en busca de adeptos, le vendría bien un respaldo conservador.
Los discursos
Aunque Duque, Holmes y Zuluaga, fueron los elegidos del Centro Democrático para dirigir la campaña del ‘no’, lo cierto es que Uribe es quien tiene la batuta en el partido, y será quien encare la ofensiva del ‘sí’ que designó al expresiden César Gaviria como su director de orquesta.
Gaviria y Uribe ya tuvieron un primer encontronazo, en el que el expresidente liberal llamó 'fascista' la convocatoria que hizo Uribe para que con camisetas y banderas negras la ciudadanía se manifestara en contra del plebiscito.
El discurso por el ‘sí’ que maneja el Gobierno, y que encarna Gaviria, está planteado es la disyuntiva ‘paz vs guerra’, algo que fue de gran utilidad para Santos durante la segunda vuelta presidencial. Una decisión 'coherente', según el politólogo Ángel Tuirán, porque es una reiteración del mensaje manejado desde el inicio de las negociaciones, 'que el apoyo al Acuerdo de Paz, significa el fin del conflicto y de las Farc como grupo armado'.
Por otro lado, apunta Tuirán, desde el uribismo se evidencia un cambio de discurso, que aunque es una estrategia interesante, puede resultar confusa en el electorado por el poco tiempo que tienen para implementarla. 'En las primeras declaraciones del Centro Democrático se evidencia un cambio de discurso. Su campaña por el ‘no’, no representa un desacuerdo con la salida negociada al conflicto armado, ni son partidarios de continuar la guerra, es decir, que la campaña uribista, intentará convencer a los colombianos, de que el ‘no’, es una oportunidad para lograr un mejor acuerdo'. afirma.
Plan b uribista
Las movidas del Centro Democrático también empezaron a darse al interior del Congreso, donde se planea un cambio de comisiones entre el Uribe y la senadora Paloma Valencia.
Uribe hace parte de la Comisión Séptima, mientras que Valencia es integrante de la Primera, con el canje, se garantizaría la participación del expresidente en la Comisión Legislativa Especial encargada de hacer el desarrollo normativo de los acuerdo de La Habana. Dicha comisión solo llegará a funcionar cuando entre en vigor el Acto Legislativo para la paz, es decir, si el ‘sí’, triunfa en las urnas.
¿Qué falta por acordar en La Habana?
De acuerdo con las recientes declaraciones del presidente Santos, no sería necesaria la firma final de los acuerdos para enviar al Congreso la convocatoria del plebiscito. Sin embargo, sí es obligatorio que todo esté pactado. Para que esto suceda, de acuerdo con Santos, aún resta definir los jueces del Tribunal Especial de Paz, determinar cuál va a ser la participación política de las Farc (número de curules en el Congreso), el cuándo y el cómo del paso de la guerrilla de grupo armado a movimiento político y cómo se van a reintegrar en la sociedad. También resta definir el tema de la amnistía para los guerrilleros presos y los protocolos del desarme.