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Si en la campaña presidencial la falta de propuestas convincentes para resolver los graves problemas que afronta el país ha generado pocas expectativas entre la mayoría de los colombianos, los escándalos y la radicalización de la polarización política que se han tomado el debate, amenazan con convertirse en el peor desestímulo para los electores.

Los estrechos márgenes que hoy muestran las encuestas entre el presidente-candidato Juan Manuel Santos y el opositor Óscar Iván Zuluaga tienen a las campañas convertidas en un manojo de nervios, y ante la falta de debates frente a la opinión pública lo que están buscando es capitalizar, como sea, los errores que cometa el bando contrario.

Analistas consultados por EL HERALDO señalan que, sin restarle importancia a las denuncias conocidas, por eso han tenido especial resonancia casos como el de JJ Rendón y Germán Chica –cercanos a Santos– involucrados en el nuevo narco-escándalo de los 12 millones de dólares, y el del hacker Andrés Sepúlveda –vinculado a la campaña de Zuluaga– preso por las nuevas chuzadas descubiertas.

La politóloga Patricia Muñoz opina que las campañas entraron en la fase de 'apropiarse de los referentes positivos para dejarles a los contrincantes los negativos' ante los electores, sin hacer ningún esfuerzo por generar 'debates de fondo' que les permitan a los colombianos resolver sus dudas y llegar a un 'grado de convencimiento' frente a las propuestas de los candidatos.

'Solo están tratado de aprovechar al máximo los errores del otro', lamenta Muñoz y advierte que esto lo que genera es el 'empobrecimiento del debate político por ausencia de propuestas'.

La analista y politóloga Alexandra García dice que tal escenario 'no le hace ningún bien al país' porque aparta el proceso electoral de la 'discusión de asuntos que son centrales para el desarrollo de Colombia'.

Coincide en que, sin que dejen de ser graves los escándalos que 'estratégicamente las campañas magnifican', esto 'no debe servir de cortina de humo' para dejar de lado lo que verdaderamente los candidatos deben exponer: sus propuestas y sus compromisos sobre cómo van a resolver los problemas o afrontarán reformas como la de la justicia, la salud y la educación.

García opina que este tipo cosas van a seguir presentándose, de parte y parte, y se van a 'perder espacios valiosos para discutir temas fundamentales'.

Ante el actual escenario político, Muñoz sostiene que el riesgo que existe es que la 'guerra sucia' se apodere de la campaña, dándole paso al rumor y a los chismes, y que la falta de información de los electores se aproveche para 'generar incertidumbre' frente a uno u otro candidato.

Para las analistas esta situación va a generar un mayor desentímulo entre los colombianos y puede crecer el abstencionismo, que históricamente se ha ubicado para estos debates entre el 52 y 56%.

'Todo esto juega en contra de la democracia participativa', dice Muñoz e insiste en que la campaña no debe ser solo para los 'espacios publicitarios o los escándalos diarios'. García considera que los ciudadanos se pueden 'decepcionar más de la política' al concluir que 'todo está contaminado por intereses mezquinos'.

Cuidado con una sorpresa: Medellín

El politólogo Pedro Medellín sostiene que aunque la polarización entre santistas y uribistas viene de tiempo atrás, la confrontación política ha crecido en la medida en que se han estrechado las diferencias entre Santos y Zuluaga. 'Entre más cerca estén (en la opción de voto) la tensión será mayor', afirma.

Considera que los indecisos, que según los mismos sondeos están entre el 22 y el 28% de los electores, serán importantes el 25 de mayo. 'Ese día nos vamos a llevar una sorpresa', como acaba de suceder en Panamá. La tercería de Enrique Peñalosa puede ser protagonista.