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Jennifer Peña y sus vecinos del barrio Los Fundadores, al nororiente de Santa Marta, rogaban desde hace rato para que lloviera y con ello mejorara sustancialmente el suministro de agua potable. Las oraciones surtieron efecto, pues un corto pero fuerte aguacero cayó al medio día sobre el sector, pero para Jennifer, no fue la dicha, sino tristeza y lamento.

En medio de la lluvia, una súbita corriente de agua se descolgó del cerro e irrumpió por el patio de su casa. Ella miraba perpleja e impotente cómo sus enseres eran presa del agua y el lodo.

La cama, el comedor, el televisor, las sillas y otros objetos, quedaron inservibles.

Fueron sus vecinos quienes la socorrieron y ayudaron a poner a salvo uno que otro elemento. 'La señora no quiere hablar, está deprimida y aún no se repone del susto', dijo un amigo del barrio, quien pidió al gobierno ayuda. 'Ha quedado como quien dice, con una mano adelante y la ora atrás', añadió.

Los moradores del sector donde reside Peña hicieron un llamado al alcalde Rafael Martínez, a la Gestora Social y al Comité de Riesgo para que no abandonen a su suerte a esta mujer, madre de dos hijos.

'Es en estos momentos cuando se debe mostrar la sensibilidad y el don de servicio de quienes están al frente de los entes oficiales con carácter social', anotaron.

Aunque en menor proporción otras casas del barrio también padecieron, pero fue Jennifer Peña la que llevó la peor parte. Es de anotar que esta mujer y su familia son los primeros damnificados por el invierno que apenas ayer asomó con algo de fuerza en Santa Marta.