El 7 de agosto de 2022, en medio de una ceremonia llena de simbolismos, profundas promesas sociales y espaldarazos a la implementación del Acuerdo de Paz firmado en La Habana, el presidente Gustavo Petro, un izquierdista exmilitante de la extinta guerrilla del M-19, llegó a la Casa de Nariño, un acontecimiento inédito en la historia de Colombia, que –hasta ese momento– había sido gobernada generacionalmente por partidos políticos tradicionales y élites centralistas.
Sin embargo, dos años después, a mitad de camino, Petro ha tenido duras dificultades para llevar a buen puerto su proyecto político y, de paso, hacer brillar su legado. El jefe de Estado, que centró su discurso en darle visibilidad a las minorías y poblaciones más vulnerables, ha perdido gran parte de su capital político tras dos años desgastantes en los que vio cómo naufragó su anhelada reforma a la salud en el Congreso, así como otras iniciativas.
Además, las sombras han marcado su mandato luego de una baja ejecución estatal, un indicador que se ha reflejado en volatilidad de su equipo de trabajo: el presidente, en dos años, ha tenido 37 ministros y 54 personas han rotado por los distintos viceministerios.
Petro ha tenido también sus victorias y proyectos por destacar; sin embargo, el éxito de esos proyectos se ha perdido en el medio del ruido ocasionado permanentemente por su presidencia tuitera y los graves escándalos de corrupción que han explotado en su entorno, minado su credibilidad y, de paso, la restringida gobernabilidad que tiene en el Congreso, con el que se ha enfrentado en varias ocasiones.
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En este sentido, en el que su mandato ya ha sido sobre analizado en sus claroscuros, el panorama es de mayor incertidumbre. De cara a lo que viene, dos años claves de cara a las elecciones de 2026, algunos expertos consideran que el rumbo del presidente se extraviará mucho más.
“Pues yo pienso que van a ser dos años tormentosos y en los cuales van a haber varios temas en los que el presidente y el Gobierno nacional en general los van a tener cuesta arriba. Primero, los escándalos no van a desaparecer, sino que muy seguramente de manera constante los medios de comunicación van a seguir descubriendo nuevos elementos y las investigaciones judiciales igual. Y en estos dos años es muy posible que algunas autoridades judiciales resuelvan casos de esos y es posible que haya condenas a funcionarios y exfuncionarios del gobierno”, explicó el consultor político Juan Francisco Valbuena.
De acuerdo con el experto, “esto no es novedoso y esto ha sucedido en otros gobiernos, pero en este caso pues sería la demostración en caso de que haya condenas de que lo que prometió el candidato Petro pues no se cumplió realmente dentro de su gobierno y que resultó ser igual de corrupto que los gobiernos a los que dijo que iba a diferenciarse”.
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“Y en materia política finalmente creo que es donde peor panorama se le viene al presidente Petro porque pues va a tener que gobernar estos dos años la mitad de su gobierno en medio de un ambiente político en el cual la mayoría de las fuerzas ya están empezando a hacer campaña para sacarlo en el 2026; entonces, el ambiente político va a ser mayoritariamente adverso y así tenga el control de la mayoría de la cámara de representantes en el congreso pues no hay que olvidar que la mayoría del senado está en contra de él”, agregó.