La Misión de la ONU en Colombia condenó este miércoles el asesinato del sacerdote Ramón Arturo Montejo Peinado, de la Diócesis de Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, perpetrado por dos hombres que aparentemente intentaron robarle el vehículo.
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El homicidio ocurrió el martes a mediodía cuando los presuntos victimarios apuñalaron al presbítero mientras se dirigía a sus labores pastorales y, tras forcejar con él, lo arrollaron con su propio vehículo dejando su cuerpo abandonado en la vía.
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Según información de la Policía, los dos presuntos responsables del homicidio ya fueron capturados gracias a un 'plan candado' y se encuentran bajo custodia de las autoridades.
El padre Montejo tenía 45 años, era oriundo de Teorama, municipio de Norte de Santander, ejercía como párroco en San José de Buenavista y era delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz.
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Según la Conferencia Episcopal colombiana y el representante especial del Secretario General de la Misión de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, Montejo había participado 'en nombre de la Iglesia en varias liberaciones de secuestrados en la región del Catatumbo'.
A través de un comunicado, lamentaron el asesinato del padre que 'prestaba servicios de carácter humanitario y en favor de la paz de la región'.
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Por su parte, la Diócesis de Ocaña, en la que ejercía sus labores religiosas, condenó el asesinato en una comunicación compartida en sus redes sociales y lo calificó como un crimen que 'atenta contra la dignidad humana y socava los procesos de construcción de paz en el territorio'.
'Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no solo contra la vida de un ser humano, sino también contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad', dijo el arzobispo del vecino municipio de Nueva Pamplona, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto.