Si en la próxima reunión del cuerpo diplomático de Estados Unidos alguien, por la razón que sea, menciona a Barranquilla, muy seguramente el embajador Francisco Palmieri, con más de 36 años de experiencia en el servicio internacional norteamericano, saltará de su silla y hablará de máscaras y disfraces, de cuerpos moviéndose al son de los ritmos africanos, de batallas de flores, de ricos y de pobres y –sobre todo- de la experiencia de ser marimonda, con todo lo complejo que eso implica de entender para un gringo, por los más de cuatro kilómetros de baile de la Vía 40, la principal arteria de entusiasmo y alegría por estos días.
Palmieri, que por estos días dejó a un lado los trajes formales y los grises de Bogotá, donde está radicado por cuestiones laborales, continuará su experiencia hablando de cuestiones mucho más enredadas para un extranjero: tener autoridad moral –por la pinta- para burlarse de cualquier ser vivo mientras de fondo, el gran Carlos Vives, con su tropa también de marimondas, intenta explicar un palabra de los costeños que se ha hecho a mala fama, esa que se mienta con más ganas, pa' lo bueno y pa' las malas, y esa palabra es mondar. Todo un renacimiento para la Real Academia Española y para aquel que nunca había bailado en estas tierras.
Quien lo vive es quien lo goza y de eso el embajador puede dar más que fe. El tipo huyó de los palcos élites, se mezcló con los bailarines del Cumbiodromo y le dio rejo a la suela para arriba y para abajo mientras los miembros de su equipo de seguridad, con gafas de sol y rostro de pocos amigos, buscaban atajarlo. No iba a ser posible. El Carnaval ya había liberado a otra alma dormida.
'Es el mejor carnaval que yo he visto en mi vida. Y vamos a volver el otro año para continuar la fiesta, que está creciendo en los Estados Unidos. ¡Barranquilla es el destino!', dijo a los micrófonos de EL HERALDO.
Un par de metros más adelante, Ramón Jesurun, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, tenía fijada una sonrisa de oreja a oreja mientras aplaudía a cada una de las comparsas participantes en la Batalla de Flores.
El dirigente deportivo, un barranquillero de cuna, se mostró conmovido por la fiesta y no dudó en elogiar el reinado de Melissa Cure. 'Es espectacular. Esta es la mejor fiesta del planeta. Después de esto no hay más nada. No hay nada que genere más felicidad que el Carnaval'.
Por su parte, Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, valoró 'como confluyen todos los grupos sociales alrededor de una única fiesta. Estoy sorprendido gratamente por ver esta fiesta donde todos son partícipes'.
'Cada vez que pueda haré lo posible para traer más personas que disfruten esto', señaló.
Por último, el senador Mauricio Gómez Amín hizo un llamado al Gobierno nacional a invertir más recursos en la organización con el objetivo de que la fiesta sea mucho más exitosa.
'Es la fiesta más importante de toda Colombia y lo más importante es que la tradición se ha mantenido. Lo que se necesita es plata para la cultura. Se quedan siempre cortos en ese tema. Barranquilla es la mejor ciudad del mundo', concluyó.