Fugas de delincuentes de alta peligrosidad, salidas injustificadas de internos, cuestionamientos por el trato inhumano que dragoneantes les dan a los privados de la libertad: esos son varios de los escándalos que tienen en el ojo del huracán, desde hace varios años, al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
Para algunos, la solución a la actual crisis del instituto se terminaría 'con su liquidación y desaparición', mientras que otros son más optimistas y creen que una reforma integral de la entidad podría ponerle fin a la serie de eventos que cada año acaparan los principales titulares de la prensa.
En la actualidad, el Inpec tiene a su cargo 97.227 internos distribuidos en 127 centros penitenciarios.
La suma de los cupos de estos espacios dan para tener una capacidad de 80.922 privados de la libertad, pero en la actualidad hay una sobrepoblación de 16.305, lo que se traduce en un hacinamiento del 20,15 %.
Además, el instituto cuenta con 12.000 guardias encargados de la seguridad y vigilancia de toda esa población de internos.