A Juan de Jesús Montañez, un campesino del departamento colombiano del Meta, la antigua guerrilla de las FARC lo sometió hace 20 años a los vejámenes más escalofriantes del conflicto armado en un tortuoso secuestro de tres meses, dos semanas y tres días en el que fue acusado de ser paramilitar.
Un día fue obligado a caminar durante 11 horas hasta una montaña en la que lo abandonaron, mientras estaba atado, para que 'las fieras se lo tragaran' porque les daba 'lástima' gastar una bala con él, según relata.
'A la caída de una hoja le tenía tremendo miedo porque me parecía que era un tiro', le confesó este lunes a la magistrada Julieta Lemaitre, de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), durante el primer día de la audiencia de observaciones de las víctimas del 'Caso 1', que corresponde al secuestro.
La JEP acusó en enero pasado a los ocho miembros del antiguo Secretariado de las FARC, máximo órgano de decisión de la guerrilla, por su responsabilidad de mando en las atrocidades que sufrieron los secuestrados y los horrores que les causaron durante el conflicto armado, hechos que los exguerrilleros han aceptado y está pendiente que la Jurisdicción les imponga las sanciones que considere.