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La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) advirtió este domingo que las acciones criminales del Ejército de Liberación Nacional (ELN) son un obstáculo para la paz del país, especialmente en zonas de disputas territoriales priorizadas por ese tribunal.

'Los planes criminales de control y recuperación territorial del ELN son un obstáculo para el trabajo de la JEP y la consolidación del Acuerdo Final de Paz', alertó el Monitoreo de Riesgos de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP.

Según la UIA, en 15 municipios donde avanzan las labores de exhumaciones y diligencias forenses de la JEP 'se presentaron 17 hechos violentos -entre el 25 de enero y el 7 de febrero- que pusieron en riesgo a las comunidades, su derecho a la verdad y a la no repetición'.

El segundo monitoreo de este año a la implementación del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la antigua guerrilla de las FARC en noviembre de 2016 revela que 'hay una tendencia hacia la reactivación del conflicto en las zonas a las que ha llegado' el ELN.

El informe destaca además que entre las fechas señaladas hubo índices de violencia superiores a los registrados en el mismo periodo de los años 2017, 2018, 2019 y 2020, y además señala al ELN como el factor de mayor riesgo de ocurrencia de graves violaciones a los derechos humanos en Colombia.

Expansión amada durante la pandemia

Durante la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, el ELN se ha fortalecido y extendido su influencia a lugares dejados por las FARC, abriéndose camino, según la JEP, 'en medio de la ausencia de una política integral por parte del Estado para consolidar la paz territorial'.

'La Serranía del Perijá y la sabana araucana fueron algunos de los primeros puntos geográficos que esta guerrilla ocupó y no el Estado, tras la dejación de armas de las FARC', detalló la UIA sobre los lugares retomados por el ELN, espacios en los que incluso 'había perdido su influencia hace más de tres décadas'.

Según los investigadores de la UIA, existen diez municipios donde se presenta una alta confrontación armada entre el ELN con otros grupos criminales y la fuerza pública, así como 22 zonas que fueron retaguardias históricas y donde intentan recuperar el control.

Además hay 10 municipios que son nuevas zonas de incursión, otros 26 con presencia de bandas urbanas del ELN y 228 municipios con presencia estable de ese grupo armado donde hay grados relativos de control territorial.

Tropiezo para la paz

Según la JEP, solo en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, en el periodo evaluado un líder social fue asesinado cada cuatro días y 250 personas se desplazaron durante 15 días por las emboscadas, combates y atentados terroristas que amenazan su seguridad.

El ELN además mantiene fuertes combates en el suroeste del país, lo que obstaculiza el trabajo de la JEP en sitios de interés forense donde comparecientes de las FARC podrían esclarecer dónde enterraron cuerpos de víctimas del conflicto.

El ELN inició en febrero de 2017 en Quito negociaciones de paz con el anterior Gobierno colombiano que en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana donde la última ronda de diálogo concluyó sin avances a principios de agosto de ese mismo año.