La antigua guerrilla de las Farc sorprendió este sábado al atribuirse el asesinato del político conservador Álvaro Gómez Hurtado, crimen que hace 25 años estremeció a Colombia y que hasta hoy sigue en la impunidad.
'Hoy, a pocos días de cumplirse 25 años de este asesinato, los miembros del antiguo secretariado de las extintas FARC-EP reconocemos ante la familia de Gómez Hurtado, el país y el mundo que somos responsables de este hecho', dijeron jefes de la antigua guerrilla en un comunicado.
Los firmantes del documento reconocieron que el excandidato presidencial, tiroteado en Bogotá el 2 de noviembre de 1995 cuando salía de la Universidad Sergio Arboleda, en la que era catedrático, era considerado por el grupo como 'un objetivo militar' y 'enemigo de clase'.
Además, aseguraron que no pretenden escudar su 'responsabilidad en la larga confrontación armada', sino que desean 'que la familia de Gómez Hurtado y el país conozcan toda la verdad', por lo que explicarán ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Comisión de la Verdad por qué decidieron callar este hecho todos estos años.
Crimen de lesa humanidad
El asesinato de Gómez Hurtado, de 76 años de edad, candidato presidencial en tres oportunidades, las dos primeras (1974 y 1986) por el Partido Conservador, y la última en 1990 por el Movimiento de Salvación Nacional, fue declarado como crimen de lesa humanidad en 2017, lo que evita la posibilidad de que prescriba la investigación.
La atribución de ese homicidio fue firmada por el jefe del partido Farc, Rodrigo Londoño, y por otros antiguos mandos de la guerrilla, como Milton de Jesús Toncel Redondo, Jaime Alberto Parra, Juan Ermilo Cabrera, Pablo Catatumbo Torres Victoria, Julián Gallo Cubillos, Pastor Alape Lascarro y Rodrigo Granda.
'Reconocemos que fue un error haber asesinado a un político de la talla de Álvaro Gómez Hurtado. Hemos leído sus biografías y hoy sabemos que su contribución a la paz del país habría sido fundamental. Pero la guerra nubla la mirada del futuro y sólo permite ver la realidad en blanco y negro para dividirla en amigos y enemigos', dijeron.
Este sábado la JEP anunció que las Farc también prometieron aportar verdad sobre los asesinatos de los exguerrilleros Hernando Pizarro León-Gómez (1995) y José Fedor Rey, conocido como 'Javier Delgado' (2002); del exconsejero de Paz Jesús Antonio Bejarano (1999), del exministro de Defensa Fernando Landazábal Reyes (1998) y del ex representante a la Cámara Pablo Emilio Guarín (1987).
Manto de impunidad
Durante 25 años las autoridades colombianas han investigado el asesinato de Álvaro Gómez, hijo del expresidente Laureano Gómez, y uno de los homicidios que más han estremecido al país, sobre cuya autoría se han tejido numerosas hipótesis.
El asesinato de Gómez se produjo en un periodo de gran agitación política en Colombia, que por entonces estaba inmersa en un escándalo por la supuesta financiación del cartel del narcotráfico de Cali a la campaña electoral del presidente Ernesto Samper (1994-1998), del cual el político conservador era un severo crítico.
Precisamente, Samper fue acusado en 2007 por su exministro de Defensa e hijo del famoso pintor y escultor del mismo nombre, Fernando Botero Zea, quien aseguró que Gómez Hurtado fue asesinado para tapar el escándalo que sacudió al mandatario cuando fue involucrado con narcotraficantes del cartel de Cali.
Desde entonces, una de las tesis más fuertes sobre el magnicidio es que Gómez fue asesinado por negarse a hacer parte de una conspiración que buscaba sacar a Samper del poder, como lo aseguró en febrero de este año el mismo expresidente en una comparecencia voluntaria ante la Comisión de la Verdad.
En esa diligencia Samper reconoció que pese a que Gómez Hurtado era su rival político, al mismo tiempo era su 'amigo personal' y recordó que gestionó la libertad del político conservador cuando fue secuestrado en 1988 por la entonces guerrilla del M-19.
Genera dudas: Duque
'Algunos miembros se han atribuido ese hecho y (dicen) que van a decirle eso a la JEP. Obviamente que la justicia cumpla con su tarea, pero también que no vaya a permitir que por una vía se trate de obstruir la verdadera responsabilidad que hay detrás de ese asesinato', dijo el presidente, quien fue discípulo de Gómez en la Universidad Sergio Arboleda. Agregó que el reconocimiento 'no deja de generar dudas, sospechas, preocupaciones'.
'Si alguien se lo atribuye y no corresponde a la verdad, (que) también se entienda que se está cometiendo un delito para obstruir la justicia de nuestro país. Que la justicia haga lo que tiene que hacer, que la justicia especial oiga los testimonios que tenga que oír pero (...) que después se cotejen cómo son realmente las circunstancias', agregó.