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A 37 años y seis meses de cárcel condenó este miércoles el Juzgado 33 Penal de Conocimiento de la capital al patrullero de la Policía Nacional, Wílmer Antonio Alarcón Vargas, como autor del delito de homicidio en circunstancias de agravación contra el joven grafitero Diego Felipe Becerra.

En la sentencia se reitera además la orden de captura contra el policía –quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia– con el fin de hacer efectiva la condena.

Becerra fue asesinado pasadas las 9 de la noche del 19 de agosto de 2011 en el sector de Pontevedra, al norte de la capital del país, en donde un grupo de policías perseguía a unos ladrones de acuerdo con la denuncia hecha por unas personas víctimas de hurto en el sector. Al mismo tiempo, unos grafiteros, quienes pintaban una pared en ese lugar, corrieron porque creyeron que los uniformados, como era costumbre, les quitaban las pinturas en aerosol y algunos accesorios que les sirven para la elaboración de las imágenes.

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El joven grafitero, de acuerdo con las pesquisas de la Fiscalia, 'murió como resultado de un impacto de arma de fuego a menos de un metro y medio de distancia, lo que hizo prever que estaba indefenso y no tuvo manera de esquivar el disparo, manifestó el juez al dictar la sentencia'.

La fiscal del caso interrogó, en total, a 37 testigos, divididos en cuatro grupos de especialistas, con el fin de corroborar los resultados de las pruebas hechas a cada uno de los elementos materiales y establecer el estado en que fue encontrada la víctima, la posición y objetos que rodearon los hechos materia de la investigación judicial.

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