Compartir:

Voy a comenzar este diálogo con un tema que para usted implica una inevitable sobrecarga emocional: la toma y retoma del Palacio de Justicia. Lo hago porque no puedo evitar la sensación de que, si voy a proponerle una reflexión sobre los estados de excepción, carecería de sentido soslayar una referencia directa a esos terribles acontecimientos. Soy de los que creen que ese día se suspendió dramáticamente el régimen constitucional y legal de la república. El expresidente López Michelsen predijo que este país no sería nunca más el mismo después de aquello. Y así fue y es. Le pido disculpas anticipadas por someterlo a un diálogo que para usted tiene un carácter más entrañable y trágico que lo que, sin embargo, también tiene para el resto de los colombianos. ¿Puedo intentarlo?