En una concurrida sala de Paloquemao, la jueza 34 de Conocimiento de la capital condenó ayer a Silvia Gette y a Arcadio Martínez por haber sobornado a alias Don Antonio por 500 millones de pesos para que éste cambiara la versión que había dado en Justicia y Paz y en la que señalaba a la exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe de haber sido la determinadora del crimen de Fernando Cepeda.
Una vez la togada hubo anunciado el sentido de fallo condenatorio contra la argentina y su exabogado, por el delito de soborno en actuación penal, las dos hijas menores de edad de Gette, quienes asistieron a la diligencia, rompieron a llorar en el hombro de la ama de llaves de la abogada, Patricia Pérez. Mientras tanto, la exrectora parecía conservar la calma sin moverse de su silla de acusada.
Ya en enero de 2014, la exrectora, detenida desde el 12 de febrero de 2013, había solicitado que se le concediera la detención domiciliaria, debido su condición de madre cabeza de familia de cuatro hijos y por el grave estado de salud de su madre.
El fallo
'Acorde con las pruebas presentadas en el juicio, el juzgado concluye que el fallo será de carácter condenatorio contra los acusados Gette y Martínez. La primera será condenada en calidad de determinadora y el segundo en calidad de autor', fue el primer párrafo leído por la togada, que cayó como un balde de agua fría a la derecha de la sala, donde se encontraba una docena de asistentes que respaldaban a la argentina.
Al otro extremo, en la izquierda de la sala, la fiscal Amanda Cettina y los representantes de víctimas, Abelardo de la Espriella y Wilson Caballero, asentían con la cabeza frente a la decisión recién anunciada por la jueza. Detrás de la bancada de la acusación, los escoltas y asistentes de De la Espriella y los periodistas que cubrieron el juicio durante dos años y medio.
El soborno
Retomó la jueza: 'a las 5 de la tarde del 22 de agosto de 2003, en Barranquilla se dio muerte con arma de fuego a Fernando Cepeda, vinculando mediante indagatoria a Gette, a María Paulina Ceballos y a Édgar Ignacio Fierro, alias Don Antonio, como presuntos responsables de ese crimen'.
Sobre el papel que jugó Martínez, leyó: 'en diciembre de 2012 y enero de 2013, Arcadio Martínez visitó a alias Don Antonio en la cárcel La Picota de Bogotá, manifestándole que le ofrecía 500 millones de pesos para que cambiara su versión de Justicia y Paz donde había señalado como determinadora de la muerte de Cepeda a Gette, y en su defecto, declarara que la determinadora había sido Ceballos'.
Advirtió la administradora de justicia en el documento que 'Martínez, de hecho, le ofreció 500 millones de pesos más a Don Antonio para que declarara que Abelardo de la Espriella, a través de Daniel Peñarredonda -entonces abogados de Ceballos-, le habían pedido que se mantuviera en su versión inicial'.
Finalmente describió la captura en flagrancia del abogado valduparense: 'Don Antonio puso este soborno de Martínez en conocimiento de las autoridades y entregó un CD con la conversación grabada (...). El 10 de febrero de 2013 fue capturado Martínez a la 1:15 pm en el Centro Comercial Buenavista de Barranquilla, por parte de los investigadores del CTI, incautándole una bolsa con 249 millones 450 mil pesos y dos teléfonos celulares, uno sin sim card, porque Martínez la arrojó en el inodoro y otro celular que intentó esconder en el techo y cuando se vio sorprendido le ofreció dinero al agente para se hiciera el de la vista gorda'.
Martínez seguirá libre
En la audiencia, De la Espriella, representante de Peñarredonda, pidió la captura inmediata de Martínez, libre desde hace seis meses por vencimiento de términos y quien no se hizo presente en la diligencia de ayer.
'Debe ser capturado para que no evada la justicia. Nunca había fallado a una audiencia, ¿por qué hoy sí?', advirtió el jurista cordobés, cuya solicitud fue apoyada por la Fiscalía y Caballero, representante de De la Espriella.
Por su parte, el abogado defensor de Martínez, César Londoño, aseguró que su representado no asistió a la diligencia 'por las amenazas que pesan en su contra'.
La jueza le dio la razón a la defensa, dejando a Martínez en libertad, aunque anunció que decidirá sobre una eventual captura el próximo 14 de agosto, cuando además se lean los años de condena y se escuche a las partes sobre posibles apelaciones del fallo.
Víctimas piden 10 años
De la Espriella dijo a los medios, al final de la audiencia que 'tras dos años y medio peleando este proceso, este tipo de decisiones nos devuelven la fe en la justicia. Martínez y Gette sobornaron testigos, destruyeron evidencia, compraron información, amenazaron y usaron todo su dinero para obstruir la justicia'.
Advirtió además que las víctimas esperan que la sentencia contra Gette y Martínez no sea menor a 10 años de prisión.
Y concluyó que 'esta condena es un indicio grave para el caso por el crimen de Cepeda, porque nadie que sea inocente trata de comprar un testigo'.
En el proceso por el asesinato de Cepeda, quien fue baleado cuando denunciaba supuestos malos manejos financieros en la universidad por parte de la argentina, la fiscal 40 delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá, Esperanza Peña Redondo, dictó el pasado 29 de mayo medida de aseguramiento contra la exrectora.
El proceso que enfrentaron los dos condenados
El 12 de febrero de 2013, cuando se disponía a entrar al complejo judicial de Paloquemao, fue capturada la entonces rectora de la Universidad Autónoma del Caribe Silvia Gette.
Gette fue abordada por dos agentes del CTI vestidos de civil que, mientras se ponían sus chalecos con los distintivos, le informaron de su detención y le leyeron sus derechos.
Dos días antes había sido detenido su abogado Arcadio Martínez, por haber actuado como intermediario de la rectora en la entrega de 250 millones de pesos al exparamilitar Édgar Fierro, alias Don Antonio, para que éste cambiara su versión en contra de la argentina en la investigación por el crimen del ganadero Fernando Cepeda, asesinado en 2003.
Un día después de su captura, la juez 54 de garantías de Bogotá le concedió la detención domiciliaria en Barranquilla por ser madre cabeza de hogar. El representante de víctimas, Abelardo de la Espriella, apeló la decisión y el 19 de marzo de ese mismo año el juez 28 penal del circuito de la capital le revocó la casa por cárcel y la argentina sufrió de inmediato una supuesta 'crisis hipertensiva, dificultad respiratoria y cuadro cardiaco severo', por lo que fue llevada a la clínica La Asunción de la capital atlanticense.
El 28 de marzo de 2013, Gette fue recluida en la cárcel para mujeres El Buen Pastor de Bogotá, luego de que Medicina Legal señalara en un informe solicitado por el Inpec que el estado de salud de la sindicada 'no cumple criterios para estado grave por enfermedad'.
En junio de ese mismo año, la abogada volvió a ser recluida esta vez en la clínica siquiátrica de Santo Tomás, de Bogotá, por un aparente cuadro de depresión aguda, y allí pasó un par de semanas.
Ya a mediados de 2014, mientras seguían las audiencias preparatorias de un dilatado juicio en que los acusados pedían insistentemente su libertad por vencimiento de términos, César Londoño, abogado defensor de Martínez, advirtió que el juicio era 'un complot' y, al mismo tiempo, 'una ingenuidad de la Fiscalía'.
El 5 de enero pasado, y tras una decena de solicitudes, le concedieron la libertad a Martínez por vencimiento de términos. A Gette, entre tanto, en diciembre le habían dictado otra medida de aseguramiento por la pérdida de un millón de dólares de las arcas de la universidad.
En medio del juicio, el 19 de mayo pasado el exparamilitar del Frente ‘José Pablo Díaz’, Rafael Antonio Velilla, alias El Costeño, último testigo de la defensa en el juicio contra Gette, le pidió 'perdón por todo lo malo que le hemos hecho' a la exrectora.
Según El Costeño, 'nosotros ideamos el plan de vincular a la señora Silvia en el homicidio de Fernando Cepeda. Acordamos quitarle dos mil millones'.
En el marco de los alegatos de conclusión, el 21 de mayo la fiscal Amanda Cettina pidió a la jueza condenar a Gette y Martínez, mientras el procurador Miguel Carvajal Pinilla solicitó absolver a los acusados.