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Los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc en Cuba no se reanudarán hasta tanto no sean liberados el general Rubén Darío Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, advirtió ayer en una alocución el presidente Juan Manuel Santos tras reunirse por más de seis horas con los negociadores del Ejecutivo en la Casa de Nariño.

El jefe de Estado, quien hacia la medianoche del domingo había ordenado la suspensión de la mesa en La Habana, lo que se constituye en la peor crisis de las conversaciones, envió el balón para la cancha de los subversivos: 'el compromiso de las Farc está puesto a prueba, de su decisión depende seguir avanzando', y les recordó que 'son responsables de la integridad física' de los plagiados.

A un día de que se cumplan dos años de haberse iniciado las conversaciones, el mandatario reiteró que no es fácil entender que mientras se habla en Cuba, la confrontación siga en el país, pero subrayó que 'conversar en medio del conflicto es la forma más efectiva para ponerle punto final a esta absurda guerra'.

No obstante, reconvino a los guerrilleros: 'aunque estamos negociando en medio del conflicto, las Farc tienen que entender que a la paz no se llega recrudeciendo las acciones violentas y minando la confianza'.

Además, el presidente se mostró confiado en que con la intervención de los países garantes, 'con quienes ya entramos en contacto para ofrecer nuestra colaboración, se pueda encontrar rápidamente la respuesta que el país está esperando'.

Con Santos se reunieron el jefe del grupo negociador en La Habana, Humberto de la Calle Lombana, los generales (r) Óscar Naranjo y Jorge Enrique Mora Rangel, Frank Pearl y el ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez.

Consejo de Seguridad. Entre tanto, durante todo el día se desarrolló un consejo extraordinario de seguridad en Quibdó, presidido por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, para dar lo antes posible con el paradero de los secuestrados.

En la reunión, a la que asistieron el gobernador del Chocó, Efrén Palacios, y altos mandos militares y policiales, se analizaron las condiciones en que el general Alzate fue secuestrado durante la tarde del domingo en el corregimiento de Las Mercedes, en Quibdó, donde llegó sin escoltas y vestido de civil, al parecer, para supervisar un proyecto energético que emprendían con la comunidad.

Trascendió del consejo que han llegado a la región más de 500 hombres entre soldados, carabineros, policías e infantes de marina, quienes ya se han sumado a los operativos de rescate.

De acuerdo con habitantes del poblado, citados por Blu Radio, el secuestro del general no fue forzado, no hubo escándalos y 'los guerrilleros tuvieron una corta conversación con el oficial, la abogada y los otros miembros del Ejército y luego se habrían subido sin ninguna resistencia a una embarcación'.

Al respecto, la alcaldesa de Quibdó, Zulia Mena, explicó que el general Álzate estaba de civil para 'generar más seguridad en la comunidad y porque era la forma más fácil de llegar y enterarse de las necesidades', ya que 'estaba adelantado un proyecto de inversión para el sistema eléctrico de esa comunidad'.

El dispositivo que se lleva a cabo en la región incluye patrullajes por aire y recorridos fluviales por el río Atrato, ya que fue por donde escaparon los rebeldes que plagiaron a los uniformados y a la abogada castrense.

Por su parte, un editorial publicado en la página de Anncol afirma que el general Alzate se entregó a 'un supuesto comando' guerrillero y afirmaron que existe un boicot para acabar con el proceso de paz.

'La sospechosa y poco clara entrega del ‘chacho’ de la guerra contrainsurgente imperial en Colombia, el general Rubén Darío Alzate, ha llevado al presidente (Juan Manuel) Santos a suspender las conversaciones en La Habana', dice el editorial.

'Una vez más el anhelo de paz de los colombianos (...) se ve frustrado, dejando en claro que la estrategia del garrote y la zanahoria o de negociar en medio de las balas (...) ha fracasado, sometiendo al país a una incertidumbre deletérea', señala el texto titulado 'Es el conflicto, ¡estúpido!'.

El documento habla así de un supuesto boicot al proceso de paz y acusan de estar detrás del mismo al expresidente Álvaro Uribe, quien dio la primera versión de los hechos el domingo, incluso antes que el propio Ejecutivo.

El secuestro para las Farc ha sido una práctica constante, sobre todo, desde los 90 y la primera década del siglo XXI, cuando pasó de ser una política selectiva con fines económicos a una actividad masiva contra civiles, militares y policías, que padecieron, decenas de ellos, plagios por más de 10 años.

Esta es la segunda suspensión del proceso, luego de lo ocurrido el 23 de agosto de 2013, cuando el Gobierno presentó un proyecto de ley para que se refrendaran en las urnas de las pasadas elecciones legislativas los acuerdos del proceso de Cuba, lo que produjo que las Farc se levantaran por primera vez de la mesa durante tres días.

En ese momento, alias Pablo Catatumbo advirtió: 'la delegación de paz de la Farc ha decidido hacer una pausa en la discusión de la mesa para centrarse exclusivamente en el análisis de los alcances de la propuesta gubernamental, sin detrimento de la consulta interna que deben hacer como organización'.

Criticaron, además, el hecho de que el Ejecutivo pretendiera llamar a referéndum sin explicar lo que sería refrendado y volvieron a insistir en una Constituyente como la mejor vía para aprobar los acuerdos de paz.

El 26 de agosto del año pasado, cuando se concluía el ciclo decimotercero de conversaciones, las Farc volvieron a la mesa pero rechazando la propuesta 'unilateral' de referendo.

Entonces, alias Iván Márquez confirmó que el grupo subversivo 'se mantendrá en la mesa fiel al compromiso de buscar la paz', no sin criticar el articulado que se votaría, ya que si el temario 'es extenso, no se leerá. Si se lee, no se entenderá y se dejará de lado. Y si se reduce su redacción, no se podrá establecer en el contenido de esa sucinta redacción los alcances que se requieren para lograr las transformaciones necesarias que fundamenten la paz'.

Este proceso, el de Cuba, es el que más acuerdos ha dejado en la historia de las conversaciones de paz con las Farc, a pesar de la máxima del Gobierno de que 'nada está acordado hasta que todo esté acordado', que significa que solo la refrendación final pondrá en vigencia lo pactado la isla: en mayo pasado las partes anunciaron que habían llegado al tercer de los cinco acuerdos en la agenda, sobre el punto de las drogas ilícitas; un año atrás se acordó sobre el tema de desarrollo rural y hace seis meses sobre participación política, restando en este momento los asuntos de las víctimas y el del fin del conflicto.

Otros casos

En dos previos procesos de paz con las Farc, fue también el secuestro la razón del fracaso: el primer intento que fracasó por este motivo fue el de Tlaxcala, México, en 1992, durante el Gobierno de César Gaviria. En esa ocasión fue plagiado el exministro Argelino Durán, quien murió en cautiverio, por un ataque cardíaco, el 14 de marzo de 1992, mientras el Gobierno negociaba la paz con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, formada por las Farc, el ELN y el EPL. El secuestro de Durán fue perpetrado en enero de 1992 por el frente Libardo Mora Toro del EPL en Norte de Santander. Diez años después, el proceso del Caguán, en la era de Andrés Pastrana, también se cayó por el secuestro, el 20 de febrero de 2002, de un avión comercial cuyo piloto fue obligado a aterrizar en una carretera del Huila donde los guerrilleros se llevaron a tres de los 30 ocupantes, entre ellos el senador Jorge Eduardo Géchem Turbay.

ONU pide la liberación

Las Naciones Unidas expresaron hoy su 'inquietud' por el fuerte impacto que han tenido los últimos secuestros de la Farc, entre ellos el del general Alzate, sobre el proceso de paz.

En un comunicado, la oficina de la ONU en Colombia pidió la liberación del general Rubén Darío Alzate, el cabo primero Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego en Las Mercedes.

El organismo dijo que su liberación sería un 'gesto de paz' que permitiría retomar los diálogos entre el Gobierno y la guerrilla en La Habana, que debían haberse reiniciado ayer. 'Expresamos nuestra inquietud por el impacto que estos hechos tienen sobre el proceso de paz dado el notable progreso realizado por las partes en los diálogos de La Habana y considerando la importancia de construir sobre estos logros para completar la agenda de paz', dice el comunicado.

Y agrega: 'Las Naciones Unidas esperan que la situación sea resuelta lo más pronto posible y saluda los esfuerzos que están en curso para lograr ese fin'.

(leer Un general encargado de combatir a las Farc se convierte en su rehén)