Dolor, impotencia y tristeza son algunos de los sentimientos que embargan hoy a la familia de Christopher Blanco, un joven de tan solo 18 años que murió el pasado 3 de febrero a las 10 p.m. en el Hospital Militar de Bogotá tras un brote del virus AH3N2 que se produjo en la Escuela José María Córdova en la capital del país.
EL HERALDO habló con una persona cercana a la familia del cadete, quien contó que Christopher era oriundo de Aracataca, Magdalena, pero desde niño se radicó en Melgar, Tolima, donde realizó sus cursos de primaria y bachillerato.
El pasado 13 de enero ingresó a la Escuela Militar de Cadetes, Bogotá, pues el joven pertenecía a la Compañía Galán, unidad que recibe a los estudiantes recién ingresados, y se encontraba cursando la carrera militar.
'Su familia está radicada en Melgar (...) él tenía todos sus amigos allá. Su padre es militar y estaba en Tolemaida', relató la persona allegada.
El cuerpo del cadete fue trasladado a Sabanalarga (Atlántico), donde sus familiares le dan el último adiós y donde este martes 6 de febrero se llevó a cabo una misa para su despedida.
'Era carismático, divertido y soñaba con ser piloto de aviones, pero sus sueños no se van a poder realizar, aunque él está bien y está en paz', mencionó.
De acuerdo con su relato, el pasado sábado, el cadete estaba bastante agripado: 'se escuchaba bastante mal, pero quería hacer creer que estaba bien y que le habían dado medicamentos, pero no fue así', explicó.
Sus cercanos creían que el problema respiratorio había sido ocasionado por el clima de Bogotá, pues había sido trasladado de Tolemaida apenas hace 15 días. Él le había mencionado a sus compañeros que solo tenía una infección de garganta y contó que en la escuela militar le recetaron tres medicamentos: acetaminofen, cetirizina e ibuprofeno. Le recomendaron tomarlos con constancia para eliminar la infección, pero nunca le dieron las medicinas, según denunciaron allegados a Christopher. Inclusive, su madre Leydis Johana Vásquez reiteró que su hijo murió por 'negligencia' por parte de la institución.
De acuerdo con la denuncia, fue la madre del cadete quien tuvo que comprar los medicamentos y que, además, sus compañeros en la escuela le regalaron algunas medicinas.
'Es muy triste que hayan esperado a que muriera Christopher para atender a los alumnos (afectados por el virus', mencionó el allegado y concluyó: 'Todo fue negligencia de la escuela, él estaría vivo si lo hubieran atendido. La verdad es que esperaron que él muriera, no hicieron nada y las medidas que usaron fueron muy leves'.