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En un rinconcito de Minca, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, se forjó durante once meses el ‘capullo’ que contenía un sueño de Gerardo Castelló Núñez: el primer mariposario de Santa Marta, el cual ayer abrió sus puertas a samarios y extranjeros.

En un jardín botánico de 40 metros de largo, por 10 de ancho y cinco de alto, se encuentran cultivadas un centenar de plantas nativas de la región, pieza clave para el desarrollo de estos insectos.

'Las mariposas son las segundas más grandes polinizadoras que hay en el mundo, detrás de las abejas, sabemos que nuestra obligación es protegerlas y conservarlas', comentó el licenciado en Biología y Química, Jesús Ochoa Santana, uno de los líderes del proyecto ambiental.

Ochoa explicó que en el mariposario del Hotel Ecopoint hay entre ocho y 12 especies de mariposas y la cantidad de individuos variará dependiendo mucho de la fecha del año en el que se visite.

'La idea principal el proyecto es la conservación de las especies, teniendo en cuenta que el tamaño poblacional de las mariposas va en declive', dijo el biólogo.