Las huellas del jaguar y las apariciones del Caimán Aguja en las playas de Cabo San Juan y Arrecifes evidencian que cuando el Parque Natural Tayrona descansa, en medio de su silencio y soledad, los animales salen a ‘pasear’.
De esto también dan fe guartinajas, zainos, venados, ñeques, micos (aulladores, cariblancos y maiceros), morrocoyos; conejos silvestres, zorros, culebras, osos perezosos y águilas carroñeras, especies que se encuentran en riesgo de extinción y que forman parte de esa fauna especial que instintivamente se esconde en la reserva ante el bullicio de la gente.
Varios de estos suelen bajar hasta la playa para lamer la arena y beber el agua salada, cosa que en otros tiempos no pueden hacer por la presencia de humanos.
El área terrestre del Parque Tayrona que son 13 mil hectáreas, cuenta con más de 100 especies de mamíferos. Hay 36 clases de murciélagos y 5 de tortugas marinas. También se reportan 396 especies de aves, entre ellas, el Buitre Rey, el Gavilán Caminero, el Halcón Garrapatero y la Torcaza Morada. Además, cientos de especies de invertebrados pueblan las aguas del área protegida, donde también abundan los peces.
En la franja marítima de un poco más de 6 mil hectáreas, se encuentran distribuidas más de 350 especies de algas.
La flora terrestre, con un poco más de 770 plantas diferentes, no es la excepción, pues igualmente reverdece y se revitaliza con el descanso. Y es que en las 13 mil hectáreas terrestres que tiene la reserva hay desde pequeños cactus hasta gigantescos y frondosos árboles.
Un estudio del Instituto Alexander von Humboldt determina que la zona costera del área protegida presenta la vegetación marina más rica de todo el Caribe colombiano con 31 tipos diferentes y que el bosque seco tropical es el de mejor conservación en Suramérica.