En el cementerio de la Isla del Rosario, en Puebloviejo, Magdalena, y en medio de gritos de 'Justicia, justicia, justicia!', fue sepultado Javier de Jesús Hernández Retamozo, el niño de 2 años asesinado a cuchillo la noche del domingo por Luis David Sánchez, la expareja de su madre.
El cuerpo del pequeño fue velado la noche del lunes y hasta la tarde del martes bajo una carpa colocada en la calle principal del barrio La Esperanza, del corregimiento de Palmira.
Dolor de padres. Desde allí, el lamento de Eva Retamozo retumbaba con eco infinito en el pueblo. 'Mi amor, dame fuerzas para poder soportar este dolor', decía aferrada al féretro.
Al lado suyo, silente y con la mirada fija en el rostro de su hijo, Rubén Darío Hernández, suspiraba.
Estefany, la tía de Javier de Jesús - de cumpleaños ese día - alzaba los brazos al cielo, se recostaba sobre el pequeño cajón y sin dar aún crédito a lo sucedido, preguntaba: '¿Por qué, por qué, Dios mío'.