El reciente cierre por 32 días del Parque Tayrona (del 28 de febrero al 1 de marzo) permitió establecer que el ocelote o Leopardus pardalis no se ha extinguido del área, por tanto ello se constituye en una muestra más de que ese ecosistema está conservado.
El felino fue observado por los funcionarios de la reserva natural tras el monitoreo a las imágenes emitidas por las cámaras trampas, ubicadas en puntos estratégicos del área protegida, de manera específica en el sector de Cañaveral.
Elkin Hernández Rolong, biólogo del subprograma de investigación y monitoreo del Parque Tayrona, explicó que esta especie está asociada a vegetación en buen estado de conservación, y comentó que 'a la fecha hay registro de su presencia en varios sectores, desde el bosque húmedo hasta el seco, lo que es un buen indicador ambiental'.
El ocelote –según explicó– es una especie de mamífero carnívoro, que se encuentra distribuido en América y pasa la mayor parte del día durmiendo en las ramas de los árboles o escondido entre la vegetación.
'Se alimenta de mamíferos medianos y pequeños como monos, murciélagos, conejos y venados, entre otros. Come gallinas, roedores, reptiles (caimanes jóvenes, lagartos y serpientes) y los huevos de las tortugas', anotó.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) esta especie es vulnerable puesto que existe una tendencia decreciente en sus poblaciones y es amenazada por factores como la cacería, el tráfico de pieles, el atropellamiento, además por los cultivos y la ganadería, entre otros aspectos.
Igualmente, el Leopardus pardalis está incluido en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) y está categorizado como ‘¡En peligro!’.
Las imágenes de las cámaras trampas que se descargaron, también permitieron registrar venados, paujiles y guartinajas, entre otras especies, que se movieron libre y tranquilamente durante el descanso del Parque Tayrona.
Los Corales
Parques Nacionales reportó, además, que durante el cierre se consolidaron los resultados del subprograma de recursos hidrobiológicos del área protegida, en el que se mantuvieron las actividades de restauración de los ecosistemas marinos por medio de la estrategia de ‘Guarderías de Corales’.
Se indicó que se logró la instalación de 120 fragmentos con un tamaño de 10 centímetros en promedio de coral ‘cacho de venado’ en la bahía de Neguanje, específicamente en Playa del Pozo.
Carlos Aponte, técnico en Recursos Hidrobiológicos, informó que igualmente se realizó el seguimiento a las guarderías de coral, que fueron instaladas en junio de 2017 en el mismo sector, observando que las colonias tuvieron un éxito de sobrevivencia de 98% y una ganancia de volumen ecológico de 145 veces del tamaño que tenían cuando fueron sembradas. 'Lo anterior fomenta la recuperación de la estructura de tridimensionalidad de las colonias y su función como hábitat de cría y refugio para las especies asociadas a las formaciones coralinas', dijo el funcionario.