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Una gigantesca tortuga marina estuvo a punto de morir de no haber sido intervenida quirúrgicamente por dos médicos veterinarios en un centro asistencial especializado de Santa Marta. Con un arpón incrustado en su cuello, el reptil fue hallado por pescadores en la costa de Tasajera.

De la especie carey, con 30 kilos de peso y de aproximadamente 5 años de vida, el animal quedó atrapado en una red de pesca, que al ser sacado del mar y puesto al descubierto en la ensenada, presentaba la herida.

El caso fue puesto en conocimiento por la policía ambiental que desplazó al lugar un grupo de efectivos, logrando su rescate y traslado al hospital San Francisco, de Santa Marta, en donde se le practicó con éxito la cirugía, que estuvo a cargo de los profesionales Cristian Rodríguez y Carlos Zuluaga.

La intervención

El procedimiento quirúrgico tuvo una duración de 40 minutos, y para ello la tortuga tuvo que se anestesiada totalmente.

El objetivo era extraerle el arpón que ingresó a su cuerpo por la zona dorsal del cuello. El adminículo salió por la parte ventral del mismo sitio, es decir, siguiendo la línea de penetración.

Habría podido morir por infección debido a la oxidación que presentaba el arpón, lo cual le habría podido causar un tétano; pero también por deshidratación y pérdida de sangre.

'Fue una cirugía complicada por la forma del arpón, de punta doble, una de las cuales impide que de la forma como ingresa al cuerpo igualmente salga', dijo el veterinario Cristian Rodríguez.

Manifestó que 'el arpón solo ocasionó daños a vasos sanguíneos, mas no a la arteria yugular, que de haber ocurrido, hubiese muerto'.

Luego de culminadas la operación la tortuga permaneció un corto tiempo en reposo, siendo trasladada después al Acuario de El Rodadero, en el sector de Playa Blanca, en donde bajo el cuidado de especialistas pasa la convalecencia.

Pedagogía

Se indicó que tanto la Policía Ambiental como los entes administrativos de la competencia fortalecerán las campañas pedagógicas en torno a la prohibición de cazar animales en vía de extinción, como es el caso de la tortuga carey.

A causa de las prácticas de pescas humanas, las poblaciones de estas especies a lo largo de todo el mundo se encuentran en serio peligro, por lo que ha sido clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como especie en extinción. Su carne es considerada un manjar, especialmente en países como China y Japón.