La corraleja de las fiestas patronales de Santa Ana, en el Magdalena, fue desmantelada por los asistentes al sentirse estafados por la no presencia de las vaquillas, que la tarde del lunes cerraban un festejo que se inició el 25 de julio.
Las graderías estaban ocupadas de 'puro pueblo', puesto que no era una tarde de toros, sino de vaquillas, para lo cual las entradas son más baratas ($5.000.00). Sin embargo pasaban las horas y nada que aparecían los animales.
Intranquilos los concurrentes preguntaban que estaba ocurriendo pero no encontraron respuesta inmediata.
De un momento a otro desde abajo unos empezaron a desprender las tablas, situación que emularon otros, y así sucesivamente. Llegó un momento en que todo fue un desorden. Los que estaban arriba de las gradas tuvieron que bajar raudos, mientras que los de abajo subían destruyendo el escenario.
'Fue horrible, incluso, pensaron quemar la corraleja pero gracias a Dios no sucedió', dijo un habitante del pueblo que pidió reserva de su identidad. Manifestó, además, que ya había cierta inconformidad porque una familiar de la alcaldesa utilizó la corraleja para hacerle propaganda a algunos futuros candidatos.
Más tarde la empresa dueña de la corraleja (Tayrina de la Costa) respondió que 'el camión que transportaba las vaquillas se atolló en la finca de su propietario y fue imposible sacarlo, incluso, ni con la ayuda de dos tractores'.
'Por este impase no se llevó a cabo la tarde de vaquilla y a las personas que asistieron se les devolvieron los 5 mil pesos que valía la entrada', agrega la empresa.