Indígenas y campesinos de la Sierra Nevada unieron sus voces para manifestar que no permitirán la construcción de una hidroeléctrica en la cuenca del río Don Diego. '¡Ni siquiera lo piensen!', fue la tajante respuesta a propietarios del proyecto.
Con una marcha de tres kilómetros, entre las veredas Perico Agua’o y Don Diego, con asistencia de 600 personas, aproximadamente, protestaron aborígenes arhuacos, koguis y wiwas. El movimiento paralizó durante más de una hora el tráfico vehicular entre Santa Marta y La Guajira.
'Es un monstruo que acabará con todas las fuentes de trabajo existentes en la zona y empeorará la situación ambiental, laboral y social que se vive actualmente', dijo el líder arhuaco Eliécer Torres, al momento de leer el documento de declaración, en el que plasman su inconformismo ante el proyecto.
El documento sentencia en su párrafo final que 'la vida de nuestra madre naturaleza no se negocia y mientras tengamos la energía y hasta cuando el gen de nuestra última generación no se haya agotado, prevaleceremos'.
Más apoyo
Tanto los indígenas como los campesinos sostienen que si bien están unidos por una causa común, necesitan de más apoyo. Por esta razón exhortaron a los habitantes de Santa Marta a unir esfuerzos, pues consideran que si se afecta este ecosistema, en la ciudad también se sentirá el impacto.
'Es vital que más gentes nos escuche y se solidaricen; que Santa Marta y sus habitantes nos apoyen porque ellos también padecerán si el río Don Diego se contamina', dijo la dirigente cívica y empresaria del turismo en la región, Tatiana Torres.
Recordó que una de las fuentes de la economía del Distrito es el turismo de naturaleza. 'Una hidroeléctrica en una zona tan vulnerable como es la Sierra Nevada afecta no solo el ecosistema, también a la comunidad y la vida misma', afirmó Torres.
Elizabeth Medina, habitantes de la vereda Don Diego, aseguró que de llevarse a cabo la obra 'nos destruirá la vida. Nos dejarán sin oxígeno'.
Amilkar Orrego, presidente de la Junta de Acción Comunal de la referida vereda, reiteró que la región quiere niños sanos, por tanto es menester defender el afluente de los efectos contaminantes. 'Este río es la joya que nosotros tenemos', indicó.
Proyecto no fue socializado
La líder kogui Judith Novita Coronado y el gobernador de la etnia para Magdalena y La Guajira, Rogelio Mejía Izquierdo, expresaron que aunque hubo diálogo con los promotores del proyecto, 'nunca se trató de un proceso de consulta previa como se ha manifestado en algunos sectores'.
La indígena, odontóloga de profesión, recordó que estuvo en el proceso cuando la empresa Grupo Elemental llegó a la vereda Quebrada El Sol, en 2014, para hablar sobre el tema. 'Para nosotros fue un diálogo, nunca una consulta previa', recalcó.
Aseveró que le manifestó a la coordinadora ambiental de la empresa, Ana Cristina Moreno, que la comunidad tiene como fundamento la conservación del río Don Diego y que no es viable la obra. 'Se le dejó claro que esa era una de las venas de la tierra madre y no íbamos a permitir que se obstruyera', anotó.
Por su parte, el gobernador Rogelio Mejía dijo que lo que se le ha dicho a los dueños del proyecto, al igual que a las instituciones públicas y privadas, es que 'no se puede desarrollar'.
Argumentó que 'para los pueblos indígenas no es viable desde ningún punto de vista, tales como el cultural, social, económico y territorial'.
En la protesta, los habitantes de la cuenca del Río Don Diego revelaron que presentaron un derecho de petición a los ministerios del Interior y Ambiente, a Corpamag, a la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena para que les entreguen cualquier información que repose en cada una de estas instituciones sobre el proyecto de la hidroeléctrica.