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La Fiscalía General de la Nación formalizó ayer ante el Juez Único Penal del Circuito de Fundación, Alfonso Saade, la imputación de cargos en la modalidad de homicidio simple con dolo eventual en concurso homogéneo y simultáneo, contra el chofer Jaime Gutiérrez Ospino y el líder evangélico, Manuel Salvador Ibarra, acusados como responsables de la tragedia de Fundación, Magdalena, en la que 33 niños y un adulto murieron al incendiarse el bus en que se movilizaban.

En audiencia celebrada en el Palacio de Justicia de Fundación, el fiscal delegado en lo penal, Ronald Calderón, pidió igualmente una pena de 44 años para los indiciados, al considerar que en el hecho hubo un concurso de delitos de los cuales ninguno de ellos puede ser exonerado.

Explicó que tanto el chofer como el líder espiritual, eran 'conscientes' y sabían lo que podría ocurrir con la manera como manipularon el bus. La Fiscalía sostiene que la imprudencia con ocasión de la muerte de los niños fue de tal grado, que se asimila a la situación de que la conducta se hubiese realizado con 'intención'.

Breve cronología de la Tragedia en Fundación (clic en los íconos para ver los recursos digitales)

La imputación se hizo sin la presencia de los procesados, quienes presentaron ante el juez de la causa una solicitud de no comparecencia, aduciendo motivos de seguridad.

Gutiérrez e Ibarra son los dos únicos procesados por la tragedia de Fundación ocurrida el 18 de mayo pasado. La investigación no ha afectado a los dueños del bus ni a las autoridades de tránsito de Fundación.

Los apoderados del conductor y del pastor, abogados, Mauricio Ramírez Gaitán y Diego Duque, respectivamente, alegan la imputación de un delito con una pena de menos años, cual es el de homicidio en la modalidad de culpa con representación.

Lo anterior quiere decir que si bien es cierto que se está incurso en un homicidio, este no se hizo con dolo sino por una falta de previsión, en donde no hubo intención de hacer daño. La pena mínima que se tiene para este delito es de 17 años.

Lo que queda claro, según lo expresado por el fiscal Ronald Calderón, que 'es el juez quien decide la pena'.

Se indicó que el cronograma a seguir es la audiencia preparatoria al juicio prevista para el primero de octubre, para seguir posteriormente con el juicio definitivo.

En representación de las familias de las víctimas acudieron los abogados Jaqueline Villalba y Antonio Luis González.

LAS FAMILIAS. Con rostros de dolor, los padres de las víctimas se dieron cita en el Palacio de Justicia de Fundación. Estaban convencidos que se iban a encontrar cara a cara con los dos hombres a los que se señala como responsables de la tragedia.

Wilson Bonett, padre de Kendry y Keily, fallecidas en el siniestro, manifestó que le embarga un sentimiento de indignación, consternación e impotencia.

Dijo estar sufriendo como el primer día y agradeció a Dios porque el chofer y el líder espiritual no hubiesen hecho presencia porque 'no se sabe qué hay en el corazón de los demás padres y no sabríamos cómo iban a actuar'.

Manifestó que no cree en la justicia terrenal sino en la Divina, por lo que 'todo se lo deja a Dios'.

Comentó que la condena de 44 años que se pide para los acusados 'no es nada para el crimen que cometieron'.

Humberto Otero, esposo de Rosiris Hernández, la adulta fallecida y padre de Yelena Patricia, muerta en el accidente, expresó que no le hubiera gustado ver a los dos sindicados. 'Es que todavía hay indignación', anotó.

Los familiares de los niños aseguran que el Estado los tiene abandonado y que lo único que le reclaman es la construcción del monumento en el sitio de la tragedia.