Compartir:

Nostalgia y tristeza. Eso es lo que siente el arquitecto Emilio Lébolo cada vez que pasa por el que ha sido uno de los más grandes logros durante su carrera como arquitecto. Ser testigo del deterioro en el que se encuentra el edificio Avianca, ubicado en la esquina de la calle 72 con carrera 58, parece nublar, por momentos, los gratificantes recuerdos que intenta conservar en su memoria.

Relacionado: Recuperación del cementerio sefardí, acto de amor con la historia de B/quilla

En diálogo con EL HERALDO, Lébolo contó que la creación de este edificio se dio cuando la mayor parte de las acciones de la empresa Avianca pertenecían a la familia Santodomingo y decidieron establecer en Barranquilla una nueva sede se convirtiera en un ícono.

'Ellos estaban preocupados porque la ciudad tuviera un lugar que mostrara lo que ellos eran como familia. Por eso abrieron un concurso arquitectónico e invitaron a profesionales del país para que hicieran un diseño del que sería el edificio', expresó.

Destacó también que en compañía de Germán Samper elaboraron el diseño y fueron elegidos como la mejor propuesta.

El edificio no solo se construyó para ser comercial con la venta de tiquetes, sino que durante su creación se tuvo en cuenta el aspecto cultural con la adaptación de espacios donde se pudieran desarrollar exposiciones de arte y música con invitados nacionales e internacionales.

'En esa época había en Barranquilla una tendencia al estilo modernista comparado con la arquitectura republicana de antes, eso lo tuvimos encuentra al momento de presentar la propuesta. Este lugar fue muy importe en materia cultural'.