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Durante su visita a la ciudad de Barranquilla, ministra de Salud y Protección Social, Carolina Corcho, hizo una férrea defensa al impuesto a las bebidas azucaradas que se encuentra incluido en la reforma tributaria que avanza su trámite en el Congreso de la República.

'Este es un ejemplo de determinantes sociales de la salud, como a través de un impuesto que desestima el consumo de gaseosas en las clases populares –que son las que más padecen obesidad, hipertensión y diabetes– tenemos un impacto en salud pública con la disminución de estas enfermedades', expuso la funcionaria.

Corcho destacó que la importancia de este tributo no es realizar un recaudo a largo plazo: 'A principio se recauda; proyectamos que sea $1.4 billones anuales y serían destinados a proyectos de agua potable en el país, porque no podemos hablar de salud sino hay agua potable'.