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Barranquilla, en medio de su tercer pico de pandemia, se encuentra en un escenario desconocido y sin un umbral cercano de inmunidad colectiva ante la confluencia de una serie de condiciones para un hipercontagio.

Mutaciones que facilitan el contagio, alta movilidad social e indisciplina en los barrios son algunos de los ‘ingredientes’ de ese cóctel peligroso que tiene contra las cuerdas al sistema sanitario en la ciudad por el acelerado incremento en el número de casos y fallecimientos.

Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud (INS), explicó a EL HERALDO que la velocidad de contagio en Barranquilla tuvo un crecimiento acelerado en las últimas semanas debido a la mezcla entre la disminución de medidas de responsabilidad personal y el aumento de actividades que producen aglomeración y contacto con personas no habituales.