A punta de esmero y sacrificio, varios comerciantes de la ciudad de Barranquilla levantan sus negocios con la firme convicción de que un día serán tan prósperos y reconocidos que verán en ellos sus sueños materializados, pero algunos se chocan de frente contra un flagelo llamado extorsión.
Prueba de ello fue el asesinato del tendero Gerardo Reyes Vega, el pasado 24 de febrero de 2020, el cual afianzó el temor del gremio, que al verse acorralado por las constantes intimidaciones de grupos delincuenciales prefieren callar y pagar, para no vivir con la incertidumbre de que un día puedan ser víctimas de un daño mayor.
‘La vacuna’
A inicios de este año EL HERALDO conoció por medio de una fuente propietaria de uno estos lugares comerciales ubicados cerca a la Biblioteca Pública, que las extorsiones en ese sector de la ciudad no han disminuido y que cada vez son más los delincuentes que piden dinero a cambio de no atentar contra sus vidas.
'A varios comerciantes que estamos por la zona nos tienen azotados unas personas que llegan en moto y nos dicen que vienen a cobrar la ‘vacuna’. En estos días abrieron un negocio y ya le cayeron para exigirle dinero', dijo el hombre, quien no quiso revelar su identidad por motivos de seguridad.
La víctima aseguró que también conoce el caso del dueño de un establecimiento comercial al que semanalmente los extorsionistas le cobran desde $30.000 mil hasta $50.000 mil. Además, que en una oportunidad el propietario denunció ante las autoridades, las cuales capturaron a dos sujetos, pero a la semana estos salieron y continuaron realizando la actividad delictiva.
La zozobra
El comerciante añadió que es preocupante la situación que viven y que 'las personas lo que hacen es pagar la ‘vacuna’ inicialmente y si continúan pagando una vez a la semana ellos bajan la cuota. Un señor que es dueño de una tienda pagó a lo primero más de $5 millones y ahora da cada ocho días $60.000 mil'.
En un reciente trabajo publicado por esta casa editorial titulado ‘Cuando la extorsión hace que se bajen las esteras’, se detalló el panorama de este delito en la ciudad y las medidas que toman las autoridades para frenar este flagelo.
En su momento, el mayor Diego Andrés Molina, comandante del Gaula de la Policía del Atlántico, afirmó que las extorsiones bajaron en 2020 con respecto al año anterior (2019).
Rechazo gremial. Orlando Jiménez, miembro de la Junta Directiva de la Unidad Nacional de Comerciantes (Undeco), rechazó el atentado perpetrado en el Centro de la ciudad y mostró su preocupación por la situación que atraviesan los comerciantes.
'El gremio de pequeños comerciantes está preocupado por esta situación que se viene presentando desde hace más de un año y más con la granada que colocaron. Esto fue un llamado bien importante a las autoridades para que analicemos la situación que se viene presentando', dijo Jiménez.
El líder gremial añadió que desde finales de 2019 se vienen registrando extorsiones en diferentes barrios de la ciudad como en Chiquinquirá, San Roque, Montes, Las Nieves, Simón Bolívar, Rebolo, entre otros.
Dina Luz Pardo, representante de Asocentro, enfatizó en que hace varios años junto con el Gaula vienen adelantando visitas a los comerciantes del Centro para que se sientan acompañados al momento de recibir una extorsión.
Con respecto al ataque, la líder dijo que 'no solamente los comerciantes, sino también la ciudadanía se siente insegura. Indiscutiblemente esto es una alarma, hay que empezar a trabajar, a redoblar fuerzas y esfuerzos para que esto no vuelva a suceder'.
Personal de la Alcaldía de Barranquilla junto con la Policía visitaron el Centro de la ciudad para conversar con los afectados y brindarles el apoyo requerido para cuando se presente algún tipo de extorsión no se queden callados y denuncien.