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Dalila María Peñaranda Fairuth llegó desde Santa Marta (Magdalena) a Barranquilla cuando tenía apenas un año de edad, por eso se considera barranquillera. Toda su vida la ha pasado en la capital atlanticense y ha tenido una buena vida, según contó en exclusiva con EL HERALDO.

Quizá por eso le impactó tanto haber terminado siendo víctima de una brutal agresión cuando pidió a sus vecinos hacer lo que ella ha hecho siempre: seguir la ley, acatar las normas.

En su rostro todavía quedan vestigios de los golpes que recibió a la medianoche del viernes 4 de septiembre, a apenas unos metros de la puerta de entrada al apartamento que con tanto esfuerzo compró en un exclusivo sector de su Barranquilla.

En su momento, a la doctora, como le llaman con cariño hoy sus pacientes pediátricos, no le interesó hacer gastos excesivos en muebles o adornos lujosos. Simplemente garantizar para ella y su hijo de 13 años una vida tranquila y segura. Dos derechos que le fueron arrebatados aquel penoso viernes, cuando del apartamento 1002 de la torre 1 del edificio La Ría, en Villa Santos, salieron sus agresores.

Habiendo recuperado la calma tras una semana desde el ataque, Dalila Peñaranda contó a EL HERALDO cómo recuerda esta experiencia y qué le ha dejado.