Compartir:

Las quejas por los retrasos en las obras del arroyo Hospital no cesan. Las recientes lluvias encendieron las alarmas en los habitantes de los barrios Chiquinquirá y San Roque, debido a las consecuencias que se puedan presentar en la zona porque no han sido terminados los trabajos, de cara a la segunda temporada invernal.

La comunidad ha solicitado a las autoridades distritales explicarles el cronograma real de las obras, pues aseguran que cuando se les habló del proyecto se les dijo que estaría terminado a finales de 2019; es decir, que hoy día deberían estar trabajando 'en detalles' de los andenes y la intervención de algunas viviendas.

Sin embargo, la realidad es otra, como dicen los mismos habitantes.

Beatriz Mejías, habitante del barrio Chiquinquirá, dice que la situación hace que vivir en la zona sea 'deprimente y desgastante', debido a que a cada rato debe estar limpiando la casa para evitar que el polvo se meta en su casa, sumado al deterioro en el que se encuentra la fachada de su residencia.

'Desde hace tres años estamos así. Yo no sé a qué ingiero se le ocurre trabajar de esta manera, sin pensar en las cientos de vidas que se han visto afectadas por esta situación. Cuando veo que el cielo se oscurece me pongo nerviosa por el temor de que el arroyo socave mi casa', dijo Mejías, quien reside en la carrera 33 con calle 40.

'Pocos obreros'.

Bárbara Zambrano aseguró que en los tres años que llevan las obras le llama la atención la poca cantidad de obreros en los trabajos, que los calculó en no más de 10.

'Trabajan como 10 obreros por tres horas. Uno opera la máquina rompiendo el suelo y los otros solo sostienen los cables y listo. No se ven haciendo más nada. Porque hasta el cemento lo traen ya batido, lo tiran como agua sobre el suelo y ya. Creo que la Contraloría debería poner la lupa en esta obra', apuntó Mejías.

Pero las quejas también se centran en torno a los malos olores, plagas de roedores y zancudos que dejan las aguas negras que corren por varias de las calles, en especial cerca del hueco de la canalización a la altura de la calle 38 con carrera 33.

Gina Barro, quien reside frente al hueco, dice que el olor de las aguas negras es 'insoportable'.

'Nadie ha venido a preguntarme cómo vivo acá, nadie se ha tomado la molestia de pensar cómo puede un humano convivir con esta situación las 24 horas del día. Ya basta de tantas demoras con las obras', manifestó Barro.

Los vecinos mostraron a este medio videos, captados en días pasados, donde se observa un tubo de aguas negras que se reventó y ocasionó que varias calles quedaran anegadas, incluso el agua ingresó en varias de las viviendas de la calle 39.

'Cuando en los medios sale algo relacionado con las obras mandan un montón de obreros y demoran dos días. Después se desaparecen', dijo Barro.

Paciencia

El gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura, Alberto Salah, pidió 'paciencia' a la comunidad y aseguró que el alcalde Alejandro Char no se va del mandato 'sin entregar la obra'.

'Estamos resolviendo un problema de hace 70 años, y no consiste solo con la canalización, sino también en el cambio de redes de alcantarillado, agua potable y cableado. Los vecinos tendrán un barrio del año 2020 y no uno de modelo de los años 50', dijo Salah.

El funcionario reconoció las molestias que las obras les han generado a los vecinos, pero solicitó 'entender' el proceso urbanístico que se estaba dando en la zona desde que arrancó la canalización.

Según Salah, la obra lleva un avance del 80%, faltando el tramo entre la carrera 32 con calle 42 hasta la calle 38 con carrera 33, de unos 350 metros.

'Los trabajos de reubicación de las redes eléctricas están previstas para que se terminen el 27 de agosto, una vez terminado se reinicia la construcción del tramo faltante', dijo el funcionario.