La vida nocturna ha cobrado valor en una de las principales avenidas de La Pradera, lo que a su vez ha ocasionado el incremento de quejas de los moradores de la zona residencial.
Son cinco establecimientos ubicados en un mismo sector los que han desatado la perturbación de los vecinos por el alto ruido y las peleas constantes que afectan la convivencia, la salud y la tranquilidad.
Ante la situación, la comunidad decidió tomar cartas en el asunto y presentar una solicitud el pasado 28 de marzo a la Alcaldía, a Barranquilla Verde y la Personería, con el ánimo de encontrar soluciones a la afectación.
Por temor a represalia los vecinos solicitan no identificarse.
'En agosto de 2015 cuando empezaron a funcionar los primeros sitios se radicó en la Alcaldía y la Oficina de Control de Urbano una solicitud y no fue atendida', señala uno de los afectados.
A partir de esa fecha, los denunciantes aseguran que los sitios han expandido los negocios y con estos ha aumentado el volumen de las plantas de sonido.
'Antes eran dos billares y un estadero, pero ahora funcionan discotecas', indica José Aparicio, un transeúnte habitual de la zona.
Los establecimientos ubicados entre las calles 116 y 117 funcionan de viernes a domingo en horarios de 3:00 de la tarde hasta pasadas las 2:00 de la madrugada.
Las llamadas al cuadrante de la Policía para que modere el volumen y las quejas por las peleas ocasionadas en las afueras de los sitios de rumba son constantes cada fin de semana, según los moradores de La Pradera, quienes aseguran que no han encontrado respaldo en la autoridad.
'El 29 de marzo llamamos toda la noche a la Policía y no se hizo nada para mejorar la situación', dijo otro de los denunciantes.
Las casas vibran
El sonido de la música y la vibración generada por el bajo de los equipos de sonido ocasionan movimiento en los objetos de las casas cercanas a los establecimientos.
Hay un caso particular de una de las viviendas, en donde habitan niños y una mujer de la tercera edad, quienes han sido una de las familias más perjudicadas, al punto que les han ofrecido comprarles su vivienda.
'Desde las habitaciones se escucha el golpe de los tacos de billar que hacen eco en la pared, eso sin dejar a un lado el ruido de la música, una de las niñas empezó a tener problemas en los oídos', manifiesta la propietaria de la vivienda.
Este billar funciona desde los miércoles, haciendo más difícil la tranquilidad de esta familia, que ha grabado los sonidos y los movimientos que se producen al interior de su casa, que lo asemejan al 'meter la cabeza en un tanque, mientras alguien lo golpea fuertemente'.
Un atentado contra la dignidad, la salud, la tranquilidad y el medio ambiente es lo que están ocasionando los establecimientos, según cuentan las familias que habitan en el sector.
'Uno de los sitios tiene una barra ubicada en su terraza, en donde los clientes ingieren licor a la vista de toda la comunidad, violando el Código de Policía', señaló otro vecino.
De acuerdo con la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público, en este tipo de casos hay que verificar los usos de suelo, si no tienen los permisos se deberá hacer procesos de cierre, y de tener el uso permitido, Barranquilla Verde deberá corregir o verificar lo referente al tema del sonido.
'Si no tienen permisos para funcionar en ese sector, iniciaremos los procesos pertinentes de acuerdo a lo establecido en el Código de Policía', indicó el secretario de Control Urbano, Henry Cáceres.