'Yo me he quedado en la mitad de la vía y los carros me pasan a escasos metros. No sé cómo no me han llevado'. Así describe Pedro Manuel Cohen Julio, de 79 años, lo que vive a diario cuando transita por el Par Vial de la 50.
Cohen Julio, habitante del Barrio Abajo, asegura que cruzar por esta vía, desde la rotonda en la Aduana hasta el Portal del Prado, se ha convertido en una odisea para los transeúntes, por el exceso de velocidad de los vehículos.
El hombre, quien es pensionado, relata que acostumbra a salir para visitar un amigo, familiar o ir a la tienda, pero desde que se puso en servicio el Par Vial prefiere quedarse en casa para evitar un accidente.
'Es que hasta la cebra la invaden. No tengo por donde atravesar. Me toca pedir a veces el acompañamiento de un familiar más joven y aun así nos demoramos', explica.
Yazanet Escorcia afirma que al no haber separador central en la vía, los vehículos aprovechan para invadir el carril contrario, cuando no deben acudir a esta práctica porque está prohibido.
'Creen que es una pista de carreras. Si está la vía sola, aceleran y si está llena por el carril de ida, toman el otro para poder avanzar. Así no podemos atravesar', anotó.