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A la entrada de Juaruco hay un letrero que da la bienvenida al cielo. En efecto, lo que sigue es una trocha rocosa e inclinada cuyo límite parece que besa las nubes. El pueblito, de calles tapizadas por la arena, es uno de los cuatro corregimientos que tiene el municipio de Tubará. Es uno de los tantos rincones del Atlántico de los que pocos se sabe cómo nacieron.

En las veredas y los corregimientos del departamento la tradición oral es la única que da luces sobre la toponimia de estos. Es decir, ¿por qué fueron ‘bautizados’ con esos nombres?, ¿Por qué en Repelón hay un corregimiento llamado Cien Pesos? ¿Qué significa Juaruco? ¿Acaso en Patilla había mucha fruta? Posiblemente sí.

En Atlántico hay zonas rurales llamadas Burrusco, en Palmar de Varela; Tamarindo y Cascarón, veredas en Malambo; Hibácharo y Villa Lata en Piojó; Patilla en Sabanalarga; Martillo, en Ponedera y otras como Juaruco, en Tubará.

El nombre ancestral de Juaruco es Hu waap jorhu ko, aunque en algunos avisos del corregimiento se lea Jwaeirruku. Sobre el origen de ese nombre hay dos versiones, que en lo único que coinciden es en la relación con la comunidad indígena Mokaná que allí se resguardó.