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Pedalea el más pequeño, su primo lo empuja y su hermano arregla la cadena. Así se divierten Óscar Hernández, de seis años; Yefri Hernández, de 7 años, y Juan Felipe Terán, de 8 años. El juego, con el que se turnan una bicicleta, comenzó hace 13 días cuando los docentes de las instituciones educativa públicas de Colombia pararon sus actividades.

El cese de las jornadas académicas no solo los afecta a ellos, sino a un total de 8 millones de alumnos a nivel nacional, de los cuales hay 186.300 estudiantes en 153 colegios públicos de Barranquilla y 100.000 alumnos del Atlántico.

Ahora, como si se tratara de unas vacaciones por adelantado, los barrios de la ciudad se visten de juegos infantiles y encuentros de amigos en la calles. En un pequeño parque se divierten con el tradicional juego bolita de uñita Juan David Cueto Manotas y Samir Andrés Olivera. Una esquina más abajo, en el barrio Ciudad Modesto, Valentina Cueto trenza el rizado cabello de su madre; también juega al salón de belleza y cuida a su hermano de un mes de nacido.

Viviana De la Hoz, madre de Valentina, se dedica al servicio doméstico. Para llevar a cabo sus labores ha tenido que acudir a familiares que cuiden de ella, por lo que pide que haya pronta solución al cese de actividades académicas.

Mandados

Yunis Arrieta camina acalorada con su hija en el barrio La Paz a las 11:00 de la mañana. Vienen de hacer 'un par de diligencias médicas', funciones que Arrieta normalmente realiza cuando su única hija está en el colegio.

Dice que le preocupa el proceso de formación de la menor y cómo le puede afectar estar un largo tiempo sin clases. 'Cuando entren no van a poder tener vacaciones', agrega.

Haciendo mandados

Isaac Daniel Morrón estudia en el colegio Manuel Elkin Patarroyo, donde también fueron suspendidas las clases por el paro de docentes.

El adolescente de 13 años cuenta que desde que pararon las clases se dedica a jugar fútbol y 'hacer mandados'. Su primo, Juan David Meza, vive en Santa Marta, pero aprovechó el paro para llegar a Barranquilla con el fin de jugar con Isaac y acompañarlo a hacer las diligencias que le toquen.