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Bendecido, Príncipe y Castigador son tres canarios criollos que aprendieron a cantar en armonía con los silbidos de su dueño, Rafael Llanos, quien hoy se ve en los aprietos de poder perderlos. Este sentimiento, asegura, lo comparten decenas de canaricultores en Barranquilla, quienes se  dieron cita ayer para mostrar su desacuerdo con el nuevo Código Nacional de Policía.

Según lo establecido en el artículo 101 de la normativa, está prohibido 'aprovechar, mantener, tener, transportar, introducir, comercializar, o poseer especies de fauna silvestre', por considerarse que esta práctica afecta a este tipo de fauna. Tampoco es permitido tener estos animales en calidad de mascotas.

'Con el nuevo Código tendríamos que renunciar a nuestra pasión, que no hace mal a nadie', expresa Llanos, rodeado de cantos de canarios.

Si bien esta ley no es nueva (existe desde el decreto 2811 de 1974), la pedagogía del nuevo código que entró en vigor el pasado 30 de enero comienza a preocupar a los canaricultores, luego del incremento de los operativos y control por parte de las autoridades.

Desde la sede canario, como llaman a la esquina de la calle 70C con carrera 25, en el barrio San Felipe, al suroccidente de la ciudad, los apasionados por el canto de las aves solicitaron en conjunto una licencia para poder conservar sus canarios.

En su entorno de aficionados hay de todos los cargos y profesiones, incluyendo pensionados. Hay canaricultores médicos, abogados, magistrados, estudiantes, profesores y empresarios. La pasión es compartida siempre que se reúnen con sus canarios. Mientras conversan y pasan tiempo junto, escuchan los melodiosos cánticos.

'Yo no podría renunciar a mi pasión por los canarios. Desde niño cuido de ellos y sé que si liberamos a todos terminarían por morir porque están acostumbrados a recibir los mejores cuidados', cuenta Llanos, de 32 años.

Cada mañana este canaricultor se levanta temprano para limpiar el tapete de las jaulas y dejar el alimento listo de sus pequeños. La comida es variada, según explica Llanos. Cada día les sirve alpiste, millo o semillas rojas. Los lunes se alimentan balanceados y por eso comen cilantro con pepino. Otra opción es la manzana, fresa, brócoli y 'lo que no puede faltar: las vitaminas'.

'Uno definitivamente los cuida mejor que en la calle.