Siete días completan los habitantes del barrio Siape despertando bajo capas de carboncillo que se cuela por todos los rincones de los hogares y que ha afectado la salud de los vecinos de este sector.
La razón, según los residentes, es la actividad de descargue de carbón que se viene realizando desde el martes 5 de julio en las instalaciones de la empresa Michellmar S.A.
Los afectados aseguran que aunque esta actividad no es nueva, el haberla reactivado ha llevado a tener nuevos síntomas como ojos rojos, congestión, incluso brotes. 'El sábado vinieron varias personas de la comunidad a comentarme sobre esta problemática y me dijeron que los niños estaban apretados, que tenían el cuello con ronchas por el polvillo', explicó Teresa Bolaño, líder de la comunidad.
Por este hecho, que ha afectado a varios de los residentes del sector, demandaron desde el 2011 a la entidad reguladora del medioambiente, Damab, y al Distrito. Sin embargo, el proceso ha sido lento, según expresan los vecinos.
'Hoy (ayer) tomamos la decisión de hacer un mitin para mostrar y hacerle un video al juez para que se diera cuenta de toda la problemática. Estamos pidiéndole celeridad en nuestro proceso', aclaró Teresa Bolaño.
A escasos metros de donde ocurre la actividad diaria se encontraban reunidos un grupo de amigos.
Ahí expresaban que la falta de autoridad y supervisión ha llevado a que la situación se vuelva reiterativa. 'Ya han muerto persona a raíz de esto. Son aproximadamente 45 mil toneladas de carbón la capacidad de ese barco, que incluso está dañado, por eso está ahí', señaló Adalberto Fernández.
Niños, más afectados
'Los niños están enfermos. Son asmáticos. La bebé ha tenido neumonía. Ellos físicamente están muy afectados', con estas palabras la señora Ana Cardona dejó claro cómo el carboncillo constante ha afectado la salud de sus nietos.
Los médicos le han sugerido que se mude de sector, pero eso no es una posibilidad para ella. 'La bebé desde que nació respiró esto y el mayor, de 9 años, desde los dos presentó ese problema. Los médicos nos recomendaron que nos fuéramos, pero cómo nos vamos a ir de aquí', dijo enfática la perjudicada.
Salbutamol, beclometasona y cetirizina son algunos de los medicamentos que ha tenido que costear Katiria Esquivel, hija de Ana Cardona, para poder aliviar la congestión y los dolores de su hija Alina,de un año y medio de nacida. Por ahora espera, al igual que varios afectados del sector, que la demanda retome su curso para así poder mejorar sus condiciones de vida bajo la capa de carbón a la que se resignan a acostumbrarse.
Demanda interpuesta
El abogado defensor Antonio Bohórquez explicó el debido proceso que se ha instaurado por la afectación que han padecido los habitantes.
'Se presentó una acción grupal donde se pide una indemnización para cada familia y se demanda al Distrito y al Damab porque siendo las autoridades que debían garantizar el ambiente sano, no lo hicieron y por eso la gran afectación que ellos tienen', explicó.
La demanda está en trámite en el Juzgado Quinto Administrativo. 'Pretendemos que se condene al Distrito y al Damab a pagar alrededor de 180 millones de pesos por cada accionante por parte de familia por razón del perjuicio que se le causó', finalizó el apoderado.