Una ola golpea la orilla de la playa de Salgar y una porción de tierra se desprende de un ‘barranco’ de un metro de alto. Eduardo Villarreal, un comerciante local, observa cómo el pedazo de arena es consumido por el agua espumosa del mar.
El casetero indica que, aunque el problema de la erosión costera no es nuevo, desde hace un tiempo se ha venido agravando por el frente frío que ha golpeado a la Costa Atlántica desde principio de 2016.
Villarreal lleva 30 años en su labor de venderle alimentos y alquilarle un lugar a los bañistas que llegan a Salgar. Desde una esquina de la ‘KZ Miramar #1’ observa el mar que le ha dado el sustento, pero que ahora amenaza con llevarse el local que regenta.
'Por aquí había un camino por el que pasaba un carro y comunicaba con la otra playa, pero el agua se ha ido comiendo a pedazos la vía y ahora apenas queda un metro', indica el casetero señalando una calle de tierra carcomida.
Villarreal cuenta que la brisa ha sido su peor enemigo en un comienzo de año 'que no ha sido productivo', debido a que han tenido que lidiar 'con los destrozos que ha causado en las casetas, sobre todo en los techos'. Agrega que espera que la situación cambie para la Semana Santa que se acerca, 'unos días generalmente de ganancias porque muchos llegan a ‘reflexionar’ a orilla del mar'.
Unos metros más adelante de la caseta Miramar hay cinco hileras paralelas de sacos rellenos de arena apilados para proteger la orilla, sin embargo, el fuerte oleaje sobrepasó su altura y siguió con su labor de horadar la tierra.
Al otro lado del camino ‘escarpado’ está Edwin Hurtado, otro de los caseteros de la zona. El comerciante mira un grupo de sacos más grandes, conocidos como ‘big bags’ (sacos en tela de rafia de polipropileno que pueden cargar hasta 1.000 kilogramos), 'la solución inmediata para la emergencia', como manifiesta Hurtado.
Desde hace 48 años funciona la caseta Esport. Antes perteneció a su abuelo, luego a su padre y desde hace 10 años es quien maneja las riendas del local. Señala que la situación es complicada pero confía en que las obras que adelanta la secretaría de Gestión del Riesgo estén listas pronto.
'La Gobernación está atendiendo la emergencia, con los sacos grandes están tapando la orilla. Por lo pronto es una solución del problema, sobre todo en esta época que se acerca, que es de buena venta', explica Hurtado.
Por último, el casetero expresa que hay otras zonas como Salgarito, Sabanilla y Country que 'no tienen problemas con la erosión y están en perfectas condiciones para recibir a los bañistas', además que manifiesta que 'la brisa está bajando por lo que no hay problemas con las casetas'.
El secretario de Gestión del Riesgo, Edinson Palma, manifiesta que se van a ubicar los ‘big bags’ en las zonas que han identificado como más deterioradas y que además se va a reforzar con arena de playa, que ya tienen dispuesta, para evitar que la erosión continúe avanzando.
'Esta es una medida de choque, es para atender la emergencia que se ha presentado. Aunque hay que esperar la cotización oficial, la intervención no debe superar los $800 millones. Además se está enrocando uno de los espolones para que también ayude', explica el funcionario.
Para finalizar, Palma afirma que se va a adelantar un estudio para saber qué tipo de obras son las que se requieren para mitigar de manera permanente la erosión costera y no seguir haciendo intervenciones de emergencia.