Mientras en el país se habla del más reciente episodio en el que la excongresista Aida Merlano se fugó desde un consultorio odontológico, en La Guajira la pregunta que ronda desde noviembre del año pasado es la misma: ¿Dónde está el exgobernador Wilmer González?
Porque a casi de un año de que se perdiera el rastro del exmandatario,condenado a diez años de prisión por delitos electorales, la opinión pública considera 'inaceptable' que, pese a la orden de captura en su contra, no se sepa de su paradero.
El nuevo director seccional de la Fiscalía en La Guajira, Harles Max Cortés Rodríguez, afirma que 'siguen en labores de verificación a efectos de dar con su paradero y que pueda resolver su situación jurídica.
Dice que hay articulación con la Policía, que está a la expectativa de que se produzca algún resultado positivo en este caso.
En plena campaña política con miras a las elecciones del próximo 27 de octubre, la expectativa sobre una posible entrega o captura de Wilmer González se ha disipado.
Sin embargo, la fuerza política de González no ha desaparecido, a su esposa Laura Andriolis se le ha visto activa en una de las campañas a la Gobernación de La Guajira, la de Delay Magdaniel, quien se inscribió avalado por firmas y tiene el coaval del partido Centro Democrático.
Lo último que se supo de él fue en enero pasado, cuando en un acto que se cumplió en un restaurante de Riohacha, artistas locales interpretaron cuatro canciones que el exgobernador compuso mientras estaba en detención preventiva.
Allí estuvieron varios de sus familiares y amigos, entre los que se contaba su hija María José González Andriolis. Durante la presentación, la joven narró cómo su papá se inspiró para componer los temas, pero también hizo la petición para que en el evento no se hablara de su situación jurídica y mucho menos se preguntara sobre su paradero.
También Oneida Pinto
Con él son dos los exgobernadores guajiros que se encuentran huyendo de la justicia, ya que Oneida Pinto Pérez también está desaparecida después que el Juzgado 45 de Control de Garantías de Bogotá dictara medida de aseguramiento intramural y expidiera orden de captura en su contra en medio del nuevo proceso que se le sigue por presunta corrupción en dos contratos de adoquines en Albania por $12.590 millones.
González Brito fue elegido en comicios atípicos en noviembre del 2016 para reemplazar a Oneida Pinto Pérez, cuya elección fue anulada por el Consejo de Estado.
Solo tres meses después, en febrero de 2017, fue capturado y estuvo detenido 19 meses, pero regresó a su cargo en septiembre de 2018, cuando se le revocó la medida de aseguramiento en su contra por parte del Tribunal del distrito judicial de Bogotá.
Luego, el 24 de octubre, un mes y cinco días después de su regreso, la Fiscalía General informó que la Corte Suprema de Justicia había proferido sentencia condenatoria en su contra y que el 13 de noviembre se conocería el monto de la pena.
Sin embargo, cuatro días antes, el 9 de noviembre la Corte ya había entregado la orden a la dirección nacional del CTI, aunque en La Guajira ninguna autoridad la tenía.
Esta orden fue reiterada por el alto tribunal el 6 de diciembre de 2018 y desde entonces está en los registros de la Fiscalía seccional y la Policía de La Guajira, es decir que hay una orden clara y precisa de capturar al exgobernador.
Según Álvaro Parada Barco, defensor principal del condenado, 'el ingeniero Wilmer González, desde el momento en que se comunicó la sentencia condenatoria, a través de su abogado, manifestó su intención de cumplir la pena' y agregó que para esto solicitó 'que se tuviera en cuenta su delicado estado de salud, su condición de miembro de la comunidad wayuu y el poder estar cerca de sus hijas menores de edad; sin embargo, esas condiciones de mera humanidad no fueron atendidas por la sala de primera instancia y por tanto hacen parte también de la apelación que se está surtiendo'.
En la condena, la Corte Suprema de Justicia asegura que se determinó que en la campaña a la Gobernación de 2016 González Brito pagó a varios concejales del municipio de Maicao para que hicieran proselitismo político a su favor y, además, entregaran dinero y otras dádivas a sus grupos de sufragantes a cambio de votos.