Dos proyectiles disparados probablemente por un revólver calibre 38 largo, los cuales se alojaron en la parte derecha del cuello y en la zona izquierda del pecho, terminaron con la vida del ebanista Robinson Ramón Pertuz Ortíz, en hechos que ocurrieron en una zona residencial de Riohacha a las once de la mañana de este domingo, cuando el presunto homicida fue a reclamar por un mueble que había mandado a construir y el artesano había incumplido algunos plazos para la entrega.
Más que todo lo que se presentó fue un flagrante hecho de intolerancia por la persona que ahora está acusada de la muerte de Robinson y quien huyó del lugar en un automotor, una vez materializó su crimen, dijeron vecinos de la calle 11B con la carrera 19, sitio donde se presentó la tragedia.
La comunidad de los alrededores dijo que tras escucharse tres disparos vieron salir raudo del frente de la casa de la víctima un carro Chevrolet Aveo, de color rojo y placa RHC775, sin que pudieran definir si en él iba o no la persona que había disparado.
Discutieron en la casa
Allegados a la familia del muerto dicen que hasta la residencia, cuando eran aproximadamente las diez y media de la mañana, llegó un ciudadano quien reclamaba la entrega de un closet o escaparate.
Dicen que discutieron en la sala de la casa y cuando se agarraron a golpes el visitante sacó el arma de fuego y, pese a las súplicas de un menor que estaba en el lugar, disparó contra la humanidad del artesano. Los vecinos dicen que se escucharon tres tiros.
Unos narraron que con el primer disparó el visitante trató de abandonar la casa, pero regresó y entonces se sintieron dos tiros más.
Una vez el homicida escapó de la escena del crimen, los familiares y vecinos cargaron el cuerpo y lo llevaron de urgencia al hospital Nuestra Señora de los Remedios, pero no se pudo hacer mucho. El hombre no respondió a las labores de reanimación.
Habían tenido una discusión hace una semana
Según versiones, la víctima había discutido con quien hacía una semana con quien ayer le habría disparado. Al parecer fueron los mismos argumentos de la entrega del mueble los que causaron las diferencias entre los dos hombres, pero este domingo el dueño del trabajo llegó armado y no esperó mucho para disparar. No lo retuvo siquiera la súplica de uno de los hijos del difunto quien le rogó que no lo matara.
Robinson Ramón había nacido en Santa Marta, pero desde muy joven se fue a vivir a Riohacha, donde se unió en matrimonio con Liliana Lastra, una mujer barranquillera con la que tuvo tres hijos. En total era padre de siete hijos los restantes en otras uniones previas a la de Liliana.
La policía dijo que busca al dueño del carro Aveo Rojo, el cual probablemente es de un hombre que labora en la mina de Cerrejón y quien se encuentra plenamente identificado.