Que una se haya hecho pasar por la otra sería una mentira menor. Pero que Mayra Alejandra Zapata Gómez y Katerine Román fingieran ser médicas y usaran documentos falsificados para atender a pacientes en unas IPS y en nada más y nada menos que la Unidad Prestadora de Salud Atlántico de la Policía Nacional, llamada comúnmente como la Clínica de la Policía, fue un grave delito.
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Días atrás, la Fiscalía General de la Nación, desde la Unidad de Delitos contra la Administración Pública, y la Dijín de la Policía Nacional, reportaron la detención en Cartagena de Zapata Gómez en una IPS, adonde laboraba como médica especialista en gerencia de Servicios de Salud.
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Ella fue presentada ante un juez de Barranquilla por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, falsedad ideológica en documento público, falsedad en documento privado y enriquecimiento ilícito de particular.
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Junto a Mayra fueron capturadas otras personas, vinculadas a la Policía, quienes entraron a ser investigados por la presunta omisión de sus funciones y responsabilidades en los procesos contractuales de la mujer.