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La escopolamina o la también llamada burundanga ocasiona un estado de vulnerabilidad, de somnolencia, de debilidad, en el que no se es capaz de recordar nada. Este alcaloide, que por sus características en solitario es dañino, acompañado con otras sustancias, según expertos, puede ser mortal. 

Aquel elemento silencioso que criminales suelen suministrar en la calle, en establecimientos comerciales, hasta en cualquier tipo de transporte público, puede 'domar' a una persona para que luego la despojen de sus pertenencias. Y en meses como junio y diciembre los casos tienden a dispararse por el flujo de dinero que hay con el pago de primas. 

Bogotá ha sido una de las ciudades más afectadas por hurtos con el uso de la escopolamina, creciendo en un 80 % los casos desde enero hasta a abril del presente año. Según registros de las autoridades policiales, en el último mes se presentaron 174 casos y, para lamentar, en uno de estos la víctima resultó muerta no por daños colaterales en su salud, como en algunos casos sucede, sino porque el efecto de la sustancia lo llevó a atravesar una calle sin precaución y terminó arrollado por un automóvil.