En los últimos meses la palabra Rolex ha sonado de manera reiterada en los medios de comunicación de la ciudad. Este lujoso objeto, junto a otros de sus mismas características, se ha convertido en el blanco preferido de los ladrones, quienes saben que con tan poco esfuerzo pueden acceder a un objeto cuya venta en el mercado negro 'está teniendo una alta demanda'.
¿Pero, por qué este tipo de joyería se ha vuelto tan apetecible para los ladrones? Una de las razones estaría relacionada con el valor de las piezas que componen estos relojes que muchas veces son elaborados con incrustaciones de piedras preciosas, terminaciones en oro de 18 quilates, acero inoxidable, cerámica y nácar, características que, sin duda, solo incrementan su precio comercial en donde quiera que se ponga.
Y es que pareciera fácil describir cómo funciona el mercado ilegal de este objeto, pero se trata de una compleja red donde sus principales compradores escapan de la vista de las autoridades. Muchas veces estas personas actúan a través de redes sociales y utilizan la tecnología disponible para activar la cadena de comercialización de estos artículos.
En otros casos, los compradores están en otros países y la cadena, desde el asaltante hasta el comprador final, tiene muchos eslabones que lleva a las autoridades a perderles el rastro.
Todo un entrenamiento
Fuentes judiciales le dijeron a este medio que detrás de los robos de estos relojes y demás artículos considerados como lujos, está una verdadera mafia que lleva a sus integrantes a realizar 'estudios', no solo prácticos, sino teóricos, pues tienen que 'adiestrar' el ojo para poder identificarlos.
'Estas mafias se han investigado a lo largo de los años, pero en los últimos tiempos la proliferación de estas, con diferentes tácticas, han llevado a las autoridades a tener que comenzar de cero los análisis, pues estas han ido mutando y hasta se han puesto a la altura de los propietarios', dijo la fuente.
Sin embargo, los investigadores han encontrado un punto en común en estos grupos: el estudio minucioso que estos hacen a sus víctimas para poder cometer el robo.
'Estas personas, muchas veces, no es la primera vez que se topan con la víctima, pues para conocer el producto necesitan estudiarlo. Esa tarea les puede llevar semanas o meses', dijo el informante, al tiempo que indicó que estos estudios se hacen en aeropuertos, restaurantes, hoteles, clubes y hasta en centros comerciales.
Tal hipótesis cobra sentido al ver la forma y el modo como se han dado los últimos atracos que involucran este tipo de relojes en Barranquilla: la víctima parece ser seguida desde el aeropuerto y cuando está a punto de llegar a su casa es abordada por los delincuentes y es asaltada.