Transcurrieron 16 meses desde que la Interpol capturó a Alex Naín Saab Morán, en el archipiélago de Cabo Verde.
Desde entonces, como si se tratara de una novela, la vida del hombre, considerado el testaferro de Nicolás Maduro, no ha dejado de acaparar los principales titulares de la prensa, al menos, en los países donde el empresario barranquillero ha tenido su accionar.
Desde su captura el 12 de junio en la isla, a donde llegó cuando el avión privado en el que se transportaba desde Rusia hacia Irán se detuvo para cargar combustible. A los pocos días de su detención, Venezuela señaló que Saab es un ciudadano venezolano y un 'agente' del Gobierno, que se encontraba 'en tránsito' en Cabo Verde para volver al país.
Desde entonces se desató una disputa legal y diplomática para definir el destino de Saab, identificado por Venezuela como agente diplomático, y quien desde el 14 de junio recibió orden de cárcel preventiva en Cabo Verde.
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Inicialmente, el Gobierno caboverdiano admitió la solicitud de EE. UU. para la extradición, pero tras las maniobras legales de su defensa la última palabra la tenía la rama judicial de ese país, que terminó por avalar el dictamen del Ejecutivo.
En este sentido, el Tribunal de Apelaciones de Barlavento, con sede en la isla caboverdiana de San Vicente, 'aprobó la extradición' en un fallo 'datado el 31 de julio', según explicó ayer el abogado Pinto Monteiro en declaraciones desde Praia, capital de Cabo Verde.
A inicios de agosto, un amparo que la defensa del barranquillero Alex Saab había presentado ante el Tribunal Constitucional de Cabo Verde para frenar contra su extradición a EE. UU., no prosperó.
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