A la patrulla del cuadrante del barrio Santo Domingo, en el sur de Barranquilla, le pareció raro que el domingo en la noche, a pesar de la medida de toque de queda, una barbería estuviera abierta. Por eso fueron a hacer el cierre del establecimiento como dicta la norma. Sin embargo, al llegar al sitio se dieron cuenta de que la infracción era peor, pues el lugar no tenía nada que ver con la belleza y el cuidado del cabello, sino con la ingesta de licor y los juegos de azar: era una cantina.
Así lo dio a conocer el general Diego Hernán Rosero, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, quien afirmó que los policías encontraron máquinas tragamonedas y 'unas personas que estaban jugando en estas máquinas y consumiendo licor'.