Es muy probable que la relación de empleadora-empleada de Dalila Peñaranda Fairuth y Carmen Pérez Monterrosa nunca vuelva a ser la misma.
Los nueve meses cordiales que habían compartido desde que Carmen –o Carmencita, como la llama de cariño su jefa– llegó a trabajar a casa de la médica pediatra, no le hacen sombra a la brutal agresión que terminó por unirlas en una protectora amistad. Quizá inquebrantable, así como sus fuerzas.
Ello fue evidente este lunes, cuando ambas mujeres, Dalila, de 37, y Carmen, 20 años mayor, llegaron a Medicina Legal para ser evaluadas por las lesiones con las que resultaron poco antes de la medianoche del pasado viernes 4 de septiembre, cuando vecinos del piso 10 del edificio La Ría las golpearon luego de que la pediatra, en compañía de la Policía, les pidiera bajar la música.
Dalila entró primero, porque la orden de revisión para Carmen no estaba lista. Por eso, a ella le tocó esperar afuera del edificio para que la mujer que la había contratado como empleada doméstica le ayudara a solicitar los exámenes.
Era la primera vez que lo visitaba, dijo Carmen. Nunca, en toda su vida, en los largos años que lleva trabajando en casas de familia había tenido que ir a poner una denuncia antes de empezar las labores del día y, mucho menos, la habían golpeado así.
'Yo no lo he podido superar hasta ahora, porque la verdad es que si el policía no hubiera protegido a mi jefa, ellos la hubieran matado. Le doy gracias a Dios de que el policía la pudo proteger porque si no yo no estuviera hoy con ella', dijo Carmen, con lágrimas en los ojos. Le dolía recordarlo. Le dolía saber que le había pasado eso, contó.
Ese viernes, desde el apartamento de la pediatra, ambas mujeres escucharon salsas, vallenatos y hasta rancheras en vivo, tocadas por un grupo de mariachis que habían llevado a la fiesta en el apartamento vecino, donde residen Martín Parra y Fanny Franco junto a su hija. No era algo poco usual y, cansada, Dalila fue a decirles 'no más'.
Era una petición reiterada, por eso la mujer solicitó la presencia de la Policía y la patrulla del cuadrante llegó al inmueble ubicado en la carrera 47 número 102-170, barrio Villa Santos, norte de Barranquilla.
'Cuando llego a la puerta de donde Martín Parra, identifico la fiesta, pido el favor que baje el volumen, hace caso omiso (...) Su esposa, Fanny, empezó a insultarme. Yo me defendí y en ese momento ella me agredió físicamente y yo salgo corriendo, y viene la turba de gente detrás de mí', contó Dalila.
Uno de los hombres, que posteriormente fue identificado como Jalim Rebaje, le atinó un puñetazo en el rostro a la pediatra, quien no tuvo ni siquiera tiempo de reaccionar porque, desde la esquina, se le abalanzó otra mujer y le haló el cabello mientras la golpeaban.
Ambas mujeres cayeron al piso mientras más personas se metían en la escena.
Carmen, desde su habitación, no escuchaba mucho, sobre todo porque la música seguía sonando fuerte. Lo que sí escuchaba con claridad eran los ladridos del perro.
'Yo dije: ¿Por qué el perro está ladrando así? Salí de mi cuarto y cuando llegué a la sala vi que la puerta principal estaba abierta y fui al pasillo. Entonces, vi que el policía trae a mi jefa y viene detrás toda esa gente. Uno de ellos me empuja porque fui a auxiliar a la doctora, ahí es cuando caigo al piso y él me pega la patada en la cara, en la pierna y en el abdomen', relató Carmen.
Para ese momento, Dalila ya estaba bastante golpeada y la intervención del policía no era suficiente para evitar más golpes. Por eso, estando cerca de su apartamento, ambas mujeres huyen al interior de este.
'Después le fueron a dar una cachetada a mi jefa, pero me la dieron a mí, del mismo lado en el que me habían pegado. Entonces, yo cierro la puerta y ellos la tumban y entran, pero el policía que estaba con nosotros y el señor Martín los sacaron', continuó Carmen, quien tuvo este lunes las palabras que su empleadora –todavía consternada– no pudo pronunciar.